Una de las funciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por su sigla en inglés) es evaluar las diversas declaraciones respecto a las propiedades saludables relacionadas con el consumo de productos frescos. A pesar del hecho que comer fruta fresca es bueno para todos, hay criterios muy estrictos que explican exactamente lo que se puede y no se puede decir públicamente.
En PANORAMA RURAL exploramos el debate en torno a este tema y el por qué la burocracia de la Unión Europea está haciendo tan difícil para los productores de fruta el poder difundir el mensaje de que el consumo de manzanas frescas es bueno para la salud de los consumidores.
Fotografía: Shutterstock.com
El equipo de científicos, liderado por el Dr. Adam Briggs llevó a cabo un extenso estudio sobre los beneficios que trae consigo el consumir una de las frutas más populares del mundo. La investigación concluyó que comer una manzana al día podría ayudar significativamente a reducir los ataques al corazón y la tasa de accidentes cerebro vasculares.
El estudio – publicado en el British Medical Journal – reveló que si la población mayor de 50 años consumía una manzana al día podrían prevenirse, nada menos, que 8.500 muertes al año en Gran Bretaña. De la misma forma, la investigación determinó que un aumento en la ingesta de fruta fresca podría tener el mismo beneficio para la salud cardiovascular que tiene el uso de estatinas.
Este en una gran mensaje que hay que dar a conocer, comentó Adrian Barlow de English Apples and Pears Ltd. Los productores británicos podrían considerar incorporar este mensaje en la promoción de la fruta, tal vez en las etiquetas del producto, pero ¿por qué no lo están haciendo?
En resumen, no está permitido. La burocracia y la estricta legislación de la Comisión Europea se interponen en el camino, de acuerdo a lo señalado por Barlow.
“Esta es una situación muy frustrante para mí y para los productores británicos de manzana en este momento, porque aquí estamos con esta fantástica investigación desarrollada por una importante organización y no podemos hacer nada con eso”, dijo Barlow.
“Hemos esperado pacientemente durante cuatro años desde que la Comisión presentó sus estrictos criterios sobre qué afirmaciones se pueden presentar y ahora es el momento de hablar de ellos. En pocas palabras, el sistema no está funcionando”.
Si bien Barlow hace hincapié en la importancia de contar con un organismo rector que supervise que afirmaciones relacionadas a la salud se pueden hacer para evitar que declaraciones falsas atenten contra los médicos serios, profesionales de la salud y exportos de la industria, indicó que siente que la política actual de la EFSA está efectivamente prohibiendo a los productores la posibilidad de comercializad sus productos desde un punto de vista de la salud debido a que la legislación es demasiado estricta.
“Por un lado, es absolutamente cierto que tenemos una voz de autoridad sobre qué afirmaciones se publican, que es clave, porque el público merece información buena y verdadera respecto a los productos frescos”, dijo Barlow.
“Por otro lado, es cierto que nos gustaría que los consumidores supieran de la investigación desarrollada por organismos destacados, porque no hay duda de que los consumidores se ven influenciados por este tipo de cosas”.
Defendiendo su estricta postura, un portavoz de EFSA se apegó a una declaración que dice: “EFSA lleva a cabo su trabajo sobre las declaraciones de salud en consonancia con la legislación establecida por los políticos europeos, como la Comisión Europea. EFSA reconoce que los criterios científicos que se aplican para evaluar las afirmaciones de salud son rigurosos. Esto es para asegurar que sólo las afirmaciones que puedan ser probadas por la ciencia reciban valoraciones positivas”.
La Asociación Europea de Productos Frescos (Freshfel), ha participado en este debate desde un principio, en estrecha colaboración con English Apples and Pears.
La Directora de Legislación Alimentaria, Nutrición y Salud, Raquel Izquierdo de Santiago, está totalmente de acuerdo en que Europa tiene que encontrar una “manera diferente” al sistema actual que “impide que información vital llegue al consumidor”.
“Estamos al tanto de la opinión de Andrew y hemos trabajado con él sobre este tema desde hace algún tiempo. Estamos buscando la manera de salir de esta situación, en la que no podemos transmitir mensajes importantes a los consumidores, ya que la forma actual no tienen ningún sentido”, comentó Izquierdo de Santiago.
“Sería de gran ayuda para los consumidores contar con la mayor cantidad de información posible respecto de los beneficios para la salud de los productos frescos. Nos gustaría que las comisiones y las autoridades en Europa exploraran la forma de hacerlo de otra manera porque en este momento no se nos permite formular recomendaciones a los consumidores, algo que es muy decepcionante”.
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