Suele decirse que los productores siempre se quejan de las condiciones del tiempo. Que llueve mucho, que llueve poco. Que lo peor es el frío o el calor excesivos. Siempre es un factor difícil de manejar y así seguirá siendo porque el cambio climático llegó para quedarse.
Sin embargo, en estos tiempos que corren no se escucha protestar a ningún ganadero. Uruguay lleva más de un año con condiciones favorables. Eso sumado a los buenos precios y cambios graduales –pero persistentes– en las prácticas de manejo, dará como resultado un récord histórico.
Tras el entore realizado en este lluvioso verano, los resultados de los análisis de preñez realizados ya dan información contundente: en menos de 90 días comenzarán a llegar a los campos uruguayos una cantidad superior a los tres millones de terneros.
Más que odiosas, las comparaciones no suelen ser lineales en el ámbito agropecuario. Pero sólo, a modo de ejemplo, en Uruguay se está cosechando por primera vez más de tres millones de toneladas de soja, que equivalen a US$ 1.500 millones.
Tres millones de vacunos representan hoy US$ 2.500 millones en un plazo de tres años. Y bastante antes de eso significan un mercado de US$ 1.000 millones a partir del destete de los animales, en el otoño de 2014. Mucho para Uruguay. Porque es una señal que consolida a la industria frigorífica, que tras faenar más de 2,5 millones de vacunos en 2006 y 2007 pasó seis años faenando muy por debajo de sus posibilidades.
La ganadería es un negocio que abarca a una mayoría de pequeños productores y que cubre más del 90% del territorio nacional. El potencial del salto productivo ganadero es difícil de subestimar. ¿Pero qué transformaciones concretas va a traer? ¿Va a sostenerse una vez que las condiciones climáticas dejen de ser generosas?
Las preguntas son muchas. ¿Los criadores van a traducir este aumento productivo en más cambio tecnológico? ¿En qué direcciones? ¿Habrá más pasturas? ¿Más manejo? ¿Más entore de vaquillonas de dos años o menos? ¿Mejorarán sensiblemente los números de la invernada y el feedlot?
¿Podrá la exportación en pie y la demanda interna permitir que se mantenga un buen precio para los terneros a pesar de lo elevado de la oferta? ¿Los frigoríficos están planificando la mayor oferta que ya se va percibiendo? ¿Cómo será la ganadería 2014 con un cambio importante en la oferta?
Los números indican que 2013 será una gran temporada, por encima de las mejores. Para Graciela Quintans, experta en cría del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), las proyecciones se explican por el desarrollo de hechos que llevan ya una década.
“Los datos de los últimos 10 años, señalan que hemos tenido índices de preñez de entre 69% y 79,5%, que había sido el anterior récord en 2006. En 2013 se dieron muchas condiciones favorables para superar esa tasa de preñez, entre ellas el clima. La gente pudo ordenar sus rodeos y aprovechar para aplicar todas las técnicas y medidas de manejo. Y que todo eso se potenciara y se consiguieran estos altos niveles de preñez”.
Las proyecciones son realmente extraordinarias, pero aún así Quintans prefiere ser cauta porque se trata de muestras que están siendo procesadas.
“Estimar un número de lo que va a salir de la muestra es muy difícil. Algunos datos que están llegando indican que en materia de ganado parido, es decir con cría al pie, en el orden de 80-85% de preñez. El ganado fallado en el orden del 90%. Las vaquillonas, tal vez la categoría más dispar, porque depende del manejo del productor no de este año, sino del anterior, hay tasas muy diferentes, entre 65-70% a más del 90%”.
En ese abanico de opciones estará el número de 2013. Lo único cierto es que estará 10 puntos por encima del promedio del año anterior, una verdadero hito. Pero desde allí hasta el destete que mide Dicose a mediados del año próximo hay un gran trecho.
“La investigación se hace sobre la base de 300.000 vientres y hasta el destete que se calcula por Dicose hay una gran diferencia”, explicó Quintans. “En 2012, la muestra fue de 74%. Nosotros pensamos que el promedio puede alcanzar un 84-85%. Puede ocurrir que haya tasas más altas de preñez en lo nacional, pero este cálculo se hace sobre la base de la posibilidad de que se pierdan algunos terneros”.
Al clima excelente, se suman rodeos de cría con estándares internacionales y empresas cada vez más enfocadas a la tecnología aplicada a la cría de ganado, son algunas explicaciones que encontró Guillermo De Nava, experto en diagnóstico de gestación. “Estos establecimientos especializados coexisten con otros que aun no le ponen esfuerzos a mejorar los procreos. Los primeros manejan mejor. En los años climáticamente buenos, las tasas de preñez de ambos tipos de predios tienden a acercarse, mientras que en años normales o malos, las diferencias se vuelven notorias y mucho más amplias”, aseguró De Nava.
El precio del ternero es un incentivo para ambos tipos de establecimientos. La diferencia sustancial es que en los predios bien manejados hay un impulso mucho más efectivo a adoptar tecnología.
“El objetivo allí es hacer las cosas correctas, porque el precio final del ternero lo justifica. En los manejos más tradicionales, hay como una mayor inacción: entorar es solo largar los toros, no hay impulsos concretos para hacer que las cosas sucedan”, agregó.
Como especialista en el tema, De Nava cree que la reproducción de los ganados es afectada por casi todo lo que rodea a la vaca.
“Existen factores nutricionales que son muchísimas veces limitantes para alcanzar mejores comportamientos reproductivos. Pero existen factores no nutricionales que a menudo tienen una gran importancia en algunos rodeos y que, en general, debemos conocer para utilizarlos en el diseño del manejo reproductivo de las vacas. Estos factores no nutricionales son los responsables de algunos malos resultados que estamos escuchando en el norte del país en algunas situaciones puntuales. Se trata de rodeos que no han podido capitalizar el buen año. Enfermedades venéreas en los toros o leptospirosis son solo ejemplos de razones no nutricionales que hemos visto que pueden estar actuando”, dijo De Nava.
“Respecto a los suplementos, es cierto que hay una mayor disponibilidad, pero creo que una parte aun más efectiva que los suplementos proteicos es la difusión del destete precoz, con su impacto directo en la preñez de las madres”, agregó.
De Nava es un gran defensor de las aplicaciones tecnológicas y del chequeo constante. “Existen tecnologías que están probadas que funcionan para alcanzar mejores resultados y/o eventualmente abaratar costos de las preñeces, que aun tienen baja adopción. El monitoreo del entore, la inseminación artificial a tiempo fijo de vacas con cría al pie, el chequeo reproductivo de los toros y un buen plan de vacunación contra enfermedades de la reproducción son algunas de ellas”, acotó.
Para Santiago Bordaberry, aunque el clima fue determinante, también hay cambios importantes en la cría que van arraigando. “Nosotros registramos el uso de técnicas para la cría en los predios de nuestros clientes y es notorio que hay un incremento, pero además la costumbre queda con los años. El destete temporario y el precoz, el diagnóstico de actividad ovárica durante el entore, la suplementación invernal, el examen andrológico a los toros, el diagnóstico de preñez, las sales minerales, etcétera, son cosas cada vez más comunes y más usadas por los criadores. Hay un cambio, y sobre todo debido a los valores del ternero. Este año, debido a la lluvia y a la disponibilidad de pasto, más los costos altísimos que tenemos, fue de poca cosa más que una tablilla, pero creo que es puntual”, dijo.
“Actualmente es más fácil suplementar. Los bloques proteicos son fáciles para distribuir en el campo. Las palas traseras para dar sorgo de grano húmedo son baratas y fáciles de usar”, acotó.
Por su parte, Bernardo Andregnette, quien observa la cadena cárnica desde la invernada, área en la que ha asesorado a la Federación Uruguaya de grupos CREA (Fucrea), apuntó que “hemos estudiado a nivel de sistemas reales de establecimientos que a medida que bajamos la edad de faena (lo que es equivalente a aumento de la ganancia diaria) es más probable que el invernador pueda pagar mayores precios del ternero.
O sea que en el largo plazo, cuanto más corrales de recría y engorde, o más pasturas de calidad se le asignen a la recría e invernada, más probable es que la relación ternero/novillo gordo aumente y justifique mejorar la cría”.
Nubarrones en el horizonte
Ex director de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) y miembro del Programa de Agronegocios de la Universidad Católica, Juan Peyrou comparte el diagnóstico que Uruguay tendrá una producción excepcional de terneros y que en el sector ganadero han habido cambios tecnológicos, “aunque no tanto organizacionales”.
“Tengo la tentación de decir que son cambios ‘importantes’, pero la escasez de resultados –la productividad por hectárea está estable– me intimida a usar el término”, reflexionó. “Igual se ven cambios interesantes en la invernada y también en la cría. El más importante es el de la suplementación con granos, que nadie ha medido bien, pero visiblemente hay una adopción de esta técnica”.
En igual sentido, el vicepresidente internacional del Grupo Frigorífico Minerva, Miguel Gularte, comparte las preocupaciones que se mantienen a pesar de esta buena parición en ciernes. Sin embargo, para el ejecutivo el foco no debe estar en el corto plazo. “Uruguay hoy tiene los costos por las nubes tanto del productor como de la industria y esto ya está golpeando la puerta”, advirtió.
Gularte mira lo que ocurre en Uruguay pero también lo que pasa fuera de fronteras. “El impacto, según él, se verá en el mercado local. No hay lugar para la euforia, sigue siendo preocupante el futuro para la industria. Hoy todo indica que el lugar para invertir es Paraguay”. No parece por tanto casual que en abril ese país haya batido un nuevo récord de faena.
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