En el oeste de la región pampeana las precipitaciones afectaron al trigo, y la proliferación de enfermedades complicará la calidad final del grano.
En el mercado se especula con la posibilidad de que China demore algunas compras nuevas de porotos de soja en el corto plazo, a la espera de menores precios. Es probable entonces que se libere mercadería de las reservas para volver a ser completadas en el curso de 2013.
La demanda de carnes de aves y cerdos se ha debilitado ligeramente y por esta razón la agencia gubernamental china Sinograin Oils Corp. ya anticipa que las importaciones de este año comercial alcanzarían los 60 millones de toneladas, en lugar de los 63 millones de toneladas proyectados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) en su último reporte.
Resulta entonces posible un retorno de China al mercado de importación a partir de enero/marzo, momento en el cual las disponibilidades sudamericanas se encuentren más definidas, situación que, entienden, permitirá adquirir mercadería más barata para mejorar los márgenes de molienda internos.
El escenario productivo mundial de trigo sigue complicándose. Además de languidecer las existencias de la región del Mar Negro, se suman problemas de calidad para los trigos procedentes de Europa y Australia.
En Estados Unidos, el panorama no resulta nada alentador; la sequía en las planicies centrales sigue perjudicando la evolución del trigo de invierno, que entrará en la etapa de hibernación en malas condiciones, situación que podrá revertirse con buenas nevadas invernales o una primavera lluviosa en esas regiones.
El trigo de invierno se encuentra, de acuerdo con los reportes que emite el USDA, en las peores condiciones a esta altura del año, desde 1986, año en el que el USDA comenzó a revelar esta información periódica.
También en nuestro país la situación resulta complicada. En esta campaña el área de cultivo dedicada a trigo declinó a 3,6 millones de hectáreas, con un marcado desplazamiento hacia la cebada. Los cultivos se vieron en general afectados por ausencia de precipitaciones en las regiones del NOA y el NEA y exceso de humedad en el oeste de la región pampeana, con proliferación de enfermedades que complicarán la calidad final del grano.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyecta una campaña de 10,12 millones de toneladas y el último informe del USDA insistía con 11,5 millones de toneladas.
En soja, la situación climática sudamericana no resulta ideal a esta altura, aunque diste un trecho largo hasta el final de la campaña. En la Argentina, el exceso de humedad anteriormente descripto complica la siembra de los cultivos de verano, en tanto que en el sur de Brasil las precipitaciones hasta ahora recibidas solamente se ubican entre un 20% y un 60% de lo normal para esta época del año.
El USDA proyecta, para la Argentina, una campaña de 55 millones de toneladas y para Brasil una de 81 millones de toneladas. Allí surgen dudas en lo concerniente a los inconvenientes logísticos que deberá afrontar nuestro país vecino para manejar un volumen de cosecha de esta envergadura, que superará en un 20% a la de la campaña anterior, con problemas de escasez de camiones, capacidad de almacenaje y logística portuaria.
A estos inconvenientes se suman el comienzo de una abundante cosecha de azúcar y el surgimiento de Brasil como exportador de maíz.
Los importadores anticipan dificultades de abastecimiento que, de confirmarse, determinarán compras de mercadería de otros orígenes, algo que ya aconteció recientemente con Japón, que canceló compras de maíz brasileño sustituyéndolas por mercadería norteamericana.
Según el análisis de Anne Frick, especialista de semillas oleaginosas de Jefferies Bache, el mercado de Chicago encontró un piso de u$s 498 por tonelada, que permanecerá sin ser testeado nuevamente, al menos hasta principios del año próximo. Frick entiende que el mercado cuenta con dos resistencias hacia la suba, la primera en niveles de u$s 545 la tonelada y la otra en los u$s 560 la tonelada. La analista piensa que este segundo nivel de resistencia no será alcanzado.
Para la posición de entrega julio en Chicago, que refleja las cotizaciones de nuestra próxima campaña, Frick proyecta un rango de entre u$s 489 y u$s 529 la tonelada, hacia el comienzo de 2013, a no ser que las perspectivas productivas para nuestra región sufran algún deterioro, aunque según la especialista, el récord de precios alcanzado a principios de septiembre, de u$s 660 por tonelada, no volvería a ser alcanzado.
De todas maneras, la analista reconoce que las disponibilidades domésticas de Estados Unidos deberán racionarse en la segunda mitad de su año comercial, lo que podría generar un mercado alcista hacia principios de la primavera boreal.
Fuente: ambito.com
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