AGRO 2.0 Tendencias en el consumo 
de alimentos

Uno de los grandes debates que hoy en día se presenta a nivel internacional es, sin duda, la importancia del sector agroalimentario en la economía y su papel en el combate de la pobreza, la desnutrición, la estabilidad de precios y la seguridad alimentaria.

Aspectos particularmente relevantes para los países en desarrollo como México.

En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) indicó en su más reciente publicación sobre el estado mundial de la inseguridad alimentaria en el 2012 que uno de los determinantes fundamentales para la reducción del hambre y la malnutrición es el crecimiento económico de las naciones; sin embargo, esta condición es necesaria mas no suficiente para lograr reducir la proporción de la población mundial que presenta limitantes para acceder a alimentos.

Para lograr el objetivo antes descrito es indispensable acompañar el crecimiento económico con políticas públicas que fomenten mayor producción y productividad del sector primario.

La evidencia internacional muestra que el crecimiento de la agricultura es un instrumento eficaz para reducir el hambre y la desnutrición, toda vez que los segmentos de la población de menores ingresos dependen de estas actividades de manera significativa como medio de vida. El fomento de la producción de alimentos permitirá aumentar los ingresos de los trabajadores y generar empleo en el sector rural.

En este sentido, la información disponible proporcionada por la FAO, derivada de encuestas en los hogares de 47 países en desarrollo, indica que a medida que aumenta los ingresos en los hogares, aumenta la proporción en el consumo de ciertos alimentos, ejemplo de esto son las frutas, las hortalizas, las grasas y aceites y los alimentos de origen animal. Aspecto que marca una clara tendencia en el consumo de alimentos en los próximos años.

Es decir, ante el escenario de crecimiento económico, se espera que los ingresos per cápita aumenten y con ello la demanda de algunos productos agropecuarios.

Así, de acuerdo con la proyección económica, a octubre del 2012, del Fondo Monetario Internacional, se espera que al 2017 la economía mundial crezca 4.6%, es decir, 1.3 puntos porcentuales más que el crecimiento estimado para el 2012.

Sin embargo, el dinamismo económico mundial mostrará al 2017 claras diferencias regionales, ejemplo de ello son Asia y África subsahariana, regiones que crecerán en 7.7 y 5.8%, respectivamente.

De esta manera, es indispensable diseñar y focalizar los esfuerzos en instrumentos de intervención que fomenten la producción de alimentos y atiendan las tendencias en el consumo de alimentos identificadas para los próximos años.


*Lizbeth Uribe es subdirectora de Evaluación de Programas en FIRA. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.

luribe@fira.gob.mx

Fuente: eleconomista.com.mx