AGRO 2.0 ¿Son buenos o malos los transgénicos?

Sin duda alguna, la decisión de la Comisión Nacional de Bioseguridad del Sistema Fitosanitario de Estado (SFE) de otorgar el permiso a D&PL Semillas Ltda (subsidiaria de la internacional Monsanto) para cultivo de maíz transgénico, ha resultado polémica. Y no sería la primera vez que existirían cultivos transgénicos en Costa Rica.

Veamos algunos pros y contras de estos cultivos: según reza un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “los cultivos transgénicos actualmente disponibles y los alimentos derivados de ellos han sido considerados seguros para su consumo y los métodos utilizados para probar su inocuidad se han considerado apropiados”. Es decir, que no se han verificado efectos tóxicos perjudiciales o nutricionalmente nocivos como resultado de estos alimentos.

Entonces, ¿esto quiere decir que son buenos los transgénicos?

Señala el mismo documento, que la falta de pruebas de efectos negativos no significa que los alimentos transgénicos no conlleven ningún riesgo, y los mismos científicos reconocen que no se sabe lo suficiente sobre los efectos a largo plazo de estos alimentos, en especial aquellos que son más complejos y más nuevos y que tienen más posibilidad de causar efectos indeseados.

Existen impactos positivos de los transgénicos, como el hecho de usar menos plaguicidas y productos tóxicos que resultan en una menor contaminación de fuentes de agua, entre otras cosas. Pero también hay preocupaciones como aquellas relativas a la posibilidad de un aumento de alérgenos, toxinas u otros compuestos nocivos y la transferencia de genes resistentes a los antibióticos, así como otros efectos no deseados.

Lo más importante es que la sociedad, en este caso la nuestra, esté consciente e informada sobre las ventajas, desventajas y riesgos que esto implica. De especial preocupación es el hecho de que la misma Comisión Nacional de Bioseguridad reconozca que la aprobación se centró en un análisis de tipo técnico y científico, pero que el equipo no valora aspectos económicos ni sociales.

Una decisión de ese tipo no puede partir solamente de un ángulo, ni ignorar a los grupos de interés. Por ejemplo, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) destaca sobre este tema la importancia de tomar en cuenta la aceptación que los consumidores puedan darle a los alimentos biotecnológicos porque “no importa qué tan grande sea la diferencia entre el rendimiento y la disminución de costos en los cultivos transgénicos si estos no son aceptados en el mercado”.

Definitivamente este es un tema complejo que no debe ser tomado a la ligera. Veamos en qué desemboca.

Fuente: elfinanciero.cr