La intensificación de la agricultura y el abandono del medio rural de las últimas décadas ha provocado "cambios drásticos" en los campos españoles, donde avanzan los bosques, se transforma el paisaje y cada vez se escucha menos el canto de los pájaros.
"Las aves ligadas a medios abiertos están desapareciendo, y sobre todo las de medios agrícolas sufren un declive muy fuerte", explica a EFEverde el responsable del área de seguimiento de avifauna de SEO/Birdlife, Juan Carlos del Moral.
Por contra, lo malo para unas especies favorece a otras: con el abandono del pastoreo y de la agricultura se produce la regeneración natural de los bosques, según Del Moral, quien afirma que "la mayoría de las aves forestales están aumentando", como el pinzón vulgar, la paloma torcaz o el pico picapinos.
Los programas de seguimiento que la organización SEO/Birdlife lleva a cabo en primavera -Sacre- y en invierno -Sacin- muestran un declive dramático en las poblaciones de algunas de las especies más comunes del medio rural.
En poco más de una década, el número de mochuelos y lechuzas se ha reducido casi un 40 %, mientras que de 2006 a 2011 se perdieron 8 millones de gorriones comunes (20 % de la población total) y 3 millones de golondrinas (un 10 % del total).
Del Moral atribuye este declive a la acción del ser humano, sobre todo por la intensificación de la agricultura, con la roturación de todas las lindes o el uso "abusivo" de herbicidas y pesticidas.
Así, los métodos agrícolas modernos, como las semillas blindadas -tratadas con plaguicidas para impedir el ataque de insectos y hongos- "mejoran la productividad, pero eliminan la vida de los campos", añadió.
En el último número de la revista de SEO/Birdlife, "Aves de Naturaleza", Del Moral analiza los "cambios drásticos" que se están produciendo en los paisajes rurales españoles, tan rápidos que las aves no son capaces de asimilarlos.
En su artículo "Cambia el paisaje, cambia el clima, cambia las aves", plantea que la pérdida del pastoreo extensivo está acabando con los mosaicos agropecuarios, zonas esteparias de gran diversidad ornitológica, y que desde 1998 los censos revelan descensos acusados en las poblaciones de especies ligadas a ese hábitat, como el alcaudón real (60 %), la tarabilla común (30 %) o la collalba rubia (10 %).
Para detener la pérdida de biodiversidad en nuestros campos, Del Moral reclama "una política agraria más racional, que no subvencione la productividad sino al productor, las pequeñas explotaciones, los usos más tradicionales y el pastoreo".
Todas estas tendencias numéricas de población se conocen por los programas de seguimiento de SEO/Birdlife, que se llevan a cabo gracias al trabajo desinteresado de cerca de 2.000 voluntarios y ofrecen una información muy valiosa sobre el estado de conservación de las aves.
Fuente: terra
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