Así lo ha explicado a Efeverde Javier Jurado, presidente de esta organización sin ánimo de lucro, constituida en 2011 por "los últimos locos de la seda", según sus propias palabras.
Sus quince integrantes son profesionales que proceden de las más diversas disciplinas como Historia, Derecho, Antropología, Bellas Artes o Psicología y han creado una red de criadores de este insecto lepidóptero en sus propias casas.
La asociación ha logrado averiguar que varias líneas de gusanos oriundos de la península se encuentran en bancos genéticos de Corea del Sur, del que no han obtenido respuesta a sus requerimientos, y de Japón, que sí han accedido a enviar a España muestras de germoplasma (huevos) de cada una de la especies españolas.
Ahora falta cerrar todo el trámite del papeleo y de los certificados veterinarios que se exigen para que puedan pasar la aduana cuando lleguen a España.
Según Jurado, hay otro último ejemplar superviviente de gusano de seda español del siglo XVI en varias poblaciones indígenas de Sierra Madre de Oaxaca (México).
El Bombyx Mori, del Califato de Córdoba
Hace un par de años que lograron la primera recuperación internacional de una variedad de gusano de seda (Bombyx Mori) originario de Andalucía llamada Almería/Galera, que estaba en Italia.
Con ella, destaca Jurado, se puso la primera piedra de la reconstrucción de un acervo histórico y biológico "que hunde sus raíces en el Califato de Córdoba".
Una plaga, la de la pebrina, arrasó en España y Europa, con estos insectos de interesante metamorfosis, que construyen sus capullos con un único filamento de hilo de seda de casi un kilómetro.
Con la plaga, por la que incluso se interesó el químico e investigador francés Louis Pasteur, llegó el hundimiento de la industria europea de la seda de finales del XIX y primeros del XX.
Fue entonces cuando los comerciantes miraron a Oriente y de allí se trajeron material genético para ofrecer a los productores una solución temporal, pero, y según este experto, algunas especies autóctonas españolas se libraron de la pebrina y llegaron a manos extranjeras.
Del té, a las paredes del corazón o el chaleco antibalas
Originario de China, el gusano de seda, recuerda Jurado, explica su origen a través de una leyenda que cuenta como en el 3.400 antes de Cristo una antigua emperatriz llamada Xi Ling-Shi tomaba el té bajo una morera cuando encontró un capullo de seda en su taza y lo cogió y empezó a tejer con él.
Ahora, explica, este material de características únicas tiene sorprendentes usos y hay ensayos con derivados para hacer reconstrucciones de los tejidos de la pared del corazón, y también se ha mutado gusano con araña, para obtener un hilo más resistente para chalecos antibalas.
La asociación defiende que hay que imitar la senda emprendida por otros países para permitir que el patrimonio biológico de la pretérita sericultura (cría de gusano) española sea atesorada en España, porque esta protección indispensable para la conservación de al biodiversidad.
Fuente: EFEverde
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