Si bien es necesario mantener una dieta variada para lograr el equilibrio nutricional, ¿quién podría negarse a consumir un alimento que es un cúmulo de bondades, natural y económico? La quinoa -o quinua- lo es, al punto de considerarse hoy el alimento por excelencia y de habérsele confiado el magnánimo desafío de darle batalla al hambre de la humanidad.
La pequeña semillita blanquecina se ofrece generosa aún desde su cultivo por ser una planta resistente, que aporta fundamentalmente proteínas, hierro y calcio, entre otras tantas cosas, y que se posiciona como un sustituto de la carne.
Justamente por esto último es que cada vez más gente la elige para su dieta diaria en la provincia, aunque pese a tener todo a su favor el desarrollo local de su cultivo es nulo.
Nutricionistas, ingenieros agrónomos, investigadores y trabajadores del área de la economía familiar coinciden en que favorecer su producción tendría interesantes beneficios para la economía local y para la dieta de los mendocinos.
"La quinua es el único alimento vegetal que posee todos los aminoácidos esenciales, oligoelementos y vitaminas y no contiene gluten", sostiene la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Por su valor nutricional es que mañana declarará oficialmente a 2013 como el Año Internacional de la Quinua con el lema "Un futuro sembrado hace miles de años".
Más consumidores
"Se está vendiendo más y se notó mucho el último año, porque la gente incorporó las semillas en general y se vuelca más a las comidas naturales", sostiene Ricardo Sánchez, encargado de una herboristería en pleno centro. En tanto, para Leonardo Tello, dueño de otro negocio del rubro, "está en el mercado desde hace tiempo pero recién ahora la están conociendo en Mendoza". Consideró que rinde mucho, se cocina en 15 minutos y es muy versátil para adaptarse a diferentes preparaciones como ensaladas, budines, sopas, rellenos o simplemente agregarla a un yogur. El costo va desde los 27 a los 50 pesos por kilo.
Para Valeria (29) ya es parte de su dieta. "Viajé a Perú a comienzos de este año y ahí te la sirven con todo. Me encantó así que ahora la comemos con mi marido, generalmente en ensaladas, me pareció una forma de incluir un alimento sano y diferente".
La nutricionista Mariela Carrizo, a través de una investigación, determinó que la consumen más los sectores socioeconómicos medios y medio-altos y las mujeres, mientras que reconoce que el boom se dio hace tres o cuatro años. "La eligen más por su contenido en Omega 3 y 6 y su capacidad adelgazante pero no se valoran tanto sus otras propiedades", afirmó.
Respecto de otras semillas tiene un valor nutricional alto, especialmente en cuanto a aceites esenciales ya que los tiene todos, lo cual es muy bueno para el cuidado del corazón y el organismo en general. Sin embargo, para Carrizo "ningún alimento puede reemplazar a otro, por lo que puede ser sustituta de la carne en ocasiones". La nutricionista destacó además que "no somos un pueblo acostumbrado a las semillas por eso es bueno que se las esté incluyendo en panificados".
Nulo desarrollo local
Diversas fuentes consultadas confirmaron que el desarrollo de la producción mendocina de quinoa es nulo, pese a tratarse de un cultivo ancestral y autóctono cultivado por los huarpes. Sí existen incipientes producciones a pequeña escala, en general para consumo doméstico.
La ingeniera y consultora internacional Amanda Di Fabio ha hecho desarrollos experimentales y ha presentado un proyecto a una empresa internacional para trabajar con pequeños productores. "Hemos podido ver que se da muy bien acá, con condiciones de suelo y clima propicias".
En Mendoza el ciclo de la quinoa es muy corto y florece en 4 o 5 meses. Es un cultivo que necesita poca agua y de bajo costo, ya que no requiere incorporar nutrientes al suelo, no es atacada por hongos, es resistente a las heladas y sólo puede tener pulgones que son fáciles de combatir con agua jabonosa. Por eso, Di Fabio consideró muy positivo que los jóvenes ingenieros estén incursionando en esta especie.
Es importante tener en cuenta que su resistencia se debe a que la semilla está recubierta de saponina, la cual debe eliminarse para su consumo a través de un lavado continuo con agua (no es dañina para la salud pero le da un sabor amargo).
Claudia Herrera es miembro de la Comunidad Huarpe Guaytamari y, entre otras cosas, trabaja en organizaciones de la Agricultura Familiar y de Pueblos Originarios. Para ella, el desarrollo de la producción de quinoa "aportaría a una economía social y sostenible, para el bien común, la conservación de la biodiversidad, producción local y nacional". También, considera, contribuiría directamente a las economías familiares y la nutrición de los sectores más desplazados.
Así, la promoción de su cultivo en el sector de la agricultura familiar, no sólo para autoconsumo sino para su comercialización sin intermediarios, "superaría las asimetrías históricas existentes en un modelo de desarrollo excluyente para convertirse en incluyente", aseguró Herrera.
Fuente: losandes.com.ar
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