La eficiencia de los sistemas de riego y drenaje agrícola en Centroamérica podría incrementarse si los grupos de productores mejoran su capacidad de gestión y rendición de cuentas, y si la inversión privada en infraestructura hídrica recibe nuevos incentivos desde el sector público, de acuerdo con expertos que participaron en un taller organizado en San José por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Por eficiencia se entiende el máximo aprovechamiento de agua disponible a un costo razonable para los productores agrícolas, explicó Luis Rendón, gerente de distritos de riego de la Comisión Nacional del Agua de México (CONAGUA).
Rendón fue uno de los conferencistas principales del taller realizado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación de México (SAGARPA) y la Coordinadora Nacional de Fundaciones Produce (COFUPRO), de ese mismo país. La organización, a cargo de las Oficinas del IICA de México y Costa Rica, fue apoyada por CONAGUA y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
En la actividad participaron alrededor de 40 funcionarios de instituciones públicas y privadas vinculadas con la agricultura y la gestión del agua en Centroamérica, México y República Dominicana. Se expuso cómo es la gestión de los sistemas de riego en cada país, con el objetivo de encontrar el esquema más adecuado y proponerlo próximamente a los Ministros de Agricultura y Ambiente de las naciones.
Luis Rendón explicó que en México los sistemas de riego son gestionados por los productores agrícolas desde 1992. Debido a que se carecía de suficientes recursos para su mantenimiento, el Estado decidió concesionar el servicio a organizaciones de productores para que se encargaran de la operación, conservación y administración.
Al evaluar periódicamente esta gestión, dijo el alto funcionario de CONAGUA, se toma en cuenta la transparencia con que cada grupo de usuarios cobra las cuotas de uso, cómo utilizan el dinero recibido y cuánta agua se aprovecha, en comparación con un volumen predeterminado.
“El 70% del agua de riego en México proviene de presas de almacenamiento. Debido a la variabilidad climática, hay años en que no podemos ofrecer todo el líquido, entonces se debe controlar que el volumen autorizado sea igual o menor al utilizado”, explicó Rendón.
El funcionario de CONAGUA consideró que es posible incentivar al sector privado para que financie nuevas infraestructuras de riego en Centroamérica y República Dominicana, o para que invierta en mejorar las existentes, mediante contratos que señalen claramente cuánto se cobrará a los productores agrícolas por su utilización y en cuánto tiempo se recuperaría la inversión.
Diego Montenegro, Representante del IICA en Costa Rica, respaldó este criterio: “En los sectores público y privado de la región hay un interés renovado por desarrollar sistemas de riego. Además, ya existen estudios de prefactibilidad para aprovechar, por ejemplo, las aguas de escorrentía”.
De acuerdo con Montenegro, en México, Centroamérica y República Dominicana es vital elevar la eficiencia del uso del agua en la agricultura, debido a la alta vulnerabilidad de los países ante el cambio climático. Este fenómeno provocaría un aumento de las temperaturas medias y una disminución del promedio de lluvias en la región, lo que perjudicaría al sector agrícola en los próximos años.
“Solo el 20% del territorio centroamericano con potencial irrigable, de cerca de un millón de hectáreas, se encuentra bajo riego. Además, en la superficie irrigada, se aprovecha menos del 20% del agua, debido a evapotranspiración y a una infraestructura deficiente”, añadió.
Fuente: IICA
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