Uno de los sectores con mayores perspectivas para el Perú es la agroexportación, por las condiciones climáticas y la diversidad de pisos ecológicos que propician condiciones inigualables para el desarrollo de productos atractivos como la quinua, berries, uvas, mangos, paltas, entre otros.
A pesar de la crisis económica internacional, los envíos agrícolas peruanos al exterior en el 2013 totalizaron alrededor de US$ 4.200 millones, sufriendo una caída del 20%.
Pero las agroexportaciones peruanas también se redujeron por otro factor fulminante como fue la plaga de la roya amarilla (Hemileia vastatrix, nombre científico) que atacó al café en 11 regiones del país, generando pérdidas por más de US$ 500 millones. Asimismo, otra plaga, la mancha roja (Tetranychus tumidus), perjudicó al banano orgánico en Piura y Tumbes, ocasionando mermas por US$ 400 mil.
Esto deja en evidencia que la aparición, entrada o existencia latente de plagas y enfermedades pueden acarrear millonarias pérdidas para un sector que quiere despegar y que involucra a cientos de miles de agricultores.
“Las plagas y enfermedades en la agricultura nacional reducen el volumen de producción y la calidad de los productos e impiden el acceso a nuevos mercados con restricciones sanitarias, además de generar mayores costos por el uso de agroquímicos”, explica William Daga, especialista en frutales del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA).
Una de las principales es la mosca de la fruta, cuyo impacto en pérdidas anuales se acerca a los US$ 100 millones.
La mosca de la fruta ataca a la uva, mango, chirimoya, cítricos, plátanos y ahora también se hospeda en cultivos emergentes como el pimentón, moras y algunas flores.
“El enemigo mortal de la agroexportación es la mosca de la fruta”, señala la directora ejecutiva de la Asociación de Gremios de Productores Agrarios del Perú (Agap), Ana María Deustua.
La mosca de la fruta ataca a la uva, mango, chirimoya, cítricos, plátanos y ahora también se hospeda en cultivos emergentes como el pimentón, moras y algunas flores.
“El enemigo mortal de la agroexportación es la mosca de la fruta”, señala la directora ejecutiva de la Asociación de Gremios de Productores Agrarios del Perú (Agap), Ana María Deustua.
Por ello, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), viene desarrollando desde hace más de 20 años un programa integral para controlar esta plaga, liberando de mosca de la fruta a las regiones de Tacna y Moquegua.
Incluso el año pasado se lanzó un programa de erradicación de mosca de la fruta que cubrirá 750 mil hectáreas en Lima, Áncash, Huancavelica y los valles interandinos de La Libertad, Junín, Pasco, y Ayacucho. Pero su riesgo siempre está latente.
Incluso el año pasado se lanzó un programa de erradicación de mosca de la fruta que cubrirá 750 mil hectáreas en Lima, Áncash, Huancavelica y los valles interandinos de La Libertad, Junín, Pasco, y Ayacucho. Pero su riesgo siempre está latente.
Ana María Deustua considera que el Senasa viene desarrollando trabajos muy importantes de control y erradicación de esta plaga, porque se necesita certificar que las frutas peruanas van libres de la mosca para que ingresen a los mercados externos.
Agrega que siempre hay riesgos de plagas en el sector agroexportador, y por eso se le dedica una atención de máxima alerta.
En ese sentido, ya se viene advirtiendo de la existencia de la plaga “dragón amarillo” (Huanglonbing) que ataca a los cítricos y está ocasionando millonarias pérdidas en Estados Unidos, México y Brasil, pero que aún no llega al Perú.
“El dragón amarillo destruiría la producción de cítricos en el país (70 mil hectáreas), no solo porque reduce la producción de estos cultivos, sino porque además al no tener cura mata a los árboles”, dice William Daga.
Añade que debemos estar preparados, porque con los camiones que vienen por la Interoceánica, en algún momento el “dragón amarillo” podría entrar al país si no se toman las medidas sanitarias del caso.
También están las plagas de la sarna o roña del palto (Sphaceloma perseae); la “arañita roja” (Tetranychus spp.) que ataca a los espárragos, y el “chanchito blanco” (Pseudococcus viburni) que se hospeda en las plantaciones de vid, entre otras.
“En el Perú puede desarrollarse la agricultura en la medida que vaya de la mano con la entidad técnica nacional, por eso pedimos que se consolide el reforzamiento de los servicios del Senasa, dándole más presupuesto para que tenga mayor capacidad técnica y personal”, acota Ana María Deustua.
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