Por centurias, el ser humano ha tenido un afán muy distintivo por la carne cerdo y todos sus derivados, pero ¿por qué? Puede ser por su textura, por su increíble sabor, por su versatilidad o porque simplemente circula detrás de nuestros pensamientos como algo puramente tabú.
En todas las culturas y círculos sociales, se dan diferentes motivos por los que la carne de cerdo es rechazada, por ejemplo, afirman que el puerco es malo para la salud, que si tiene demasiada grasa, el consumo del cerdo es prohibido por algunas religiones o la excusa favorita ‘¿tú has visto toda la basura que come el cerdo?’
Cada uno con lo suyo pero, no hay que denigrar al cerdo como la peor cosa en el planeta Tierra.
Es importante mencionar que el cerdo posee una carne relativamente magra, pudiendo competir estrechamente con el pollo e incluso con el pescado.
Esto se debe a que el cerdo posee la grasa localizada en muchos de sus cortes, es decir, la grasa se ubica por fuera de la carne y no tanto entre las fibras como es el caso de la carne de res.
La crianza del puerco de hoy en día tiene certificaciones sanitarias e internacionales que garantizan que su carne sea sana. Además, los puercos hoy en día son más magros, puesto que su crianza es industrializada.
Estos hechos aunados a la facilidad con que se cocina su carne, que es más económica que la de res y es una de las más aprovechadas —se utiliza casi todo el cuerpo del animal, así como muchos de sus subproductos— la hacen una de las carnes más consumidas.
Para los panameños es un pecado ir a una feria nacional o a una festividad en el interior de país y no comerse un buen trozo de chicharrón crujiente o un pedazo de lechona frita, unas patitas de cerdo en escabeche —como conocemos aquí en Panamá al saos— o qué me dicen de un plato caliente de guacho de rabito de cerdo...
Se les hizo agua la boca, lo sé. En tema de puerco, los panameños buscamos lo más grasoso y sabroso que nuestras narices puedan percibir sin importar el conteo calórico.
Muchos panameños afirman que les encanta el sabor del cerdo por su jugosidad y por su simplicidad, solo basta sal y un toque de ajo para lograr tener una deliciosa pieza de carne.
Ahora, muchos creemos saber todo sobre los cerdos, pero hoy veremos esa cara que no muchos llegan a descubrir de la vida de estos amigables y exquisitos amigos omnívoros. No todo lo que sale del puerco es bacon y chuletas.
La Oklahoma State University se ha dado a la tarea de investigar a fondo y detallar muchas cosas sobre los cerdos, tales como:
—Los cerdos fueron unos de los primeros animales en ser domesticados, hace aproximadamente 6,000 A. C. por los chinos quienes fueron una de las primeras sociedades en criar cerdos salvajes para su consumo.
—El Bacon (tocino) es uno de los primeros alimentos cárnicos procesados de la historia. Los chinos empezaron hace más de 1,500 años salando la panza de los cerdos y dejándolas al sol.
—El primer cerdo en llegar al nuevo mundo fue gracias al explorador español Hernando De Soto en 1539.
—El chillido de un cerdo tiene un rango entre los 110-115 decibeles, comparado con un jet Concord que solo llega hasta los 112 decibeles.
—En el pasado y todavía hoy en día, los cerdos eran alimentados con todo lo que sobraba de los desayunos, almuerzos y cenas, por ende, la carne era muy grasosa y por esto los acondicionaron mejor alimentándolos con mazorcas y otros tipos de grama.
—En Manhattan, Nueva York, los cerdos corrían sin control por todos los campos así arruinando cosechas y por esta razón los granjeros decidieron construir una gran pared para evitar tales desastres. Esa pared dio nombre a una famosísima calle: Wall Street.
—La carne de cerdo provee proteína, vitamina B y tiamina a nuestras dietas. La carne de cerdo tiene hasta tres veces más la cantidad de tiamina que otras comidas. La tiamina convierte los carbohidratos en energía y promueve un apetito saludable.
—La insulina y alrededor de otros 40 medicamentos son elaborados con algún derivado del cerdo.
—Los cerdos no son sucios. Ellos no pueden transpirar y por eso se revuelvan en el lodo y en lugares frescos para mantenerse refrescados.
—Las válvulas del corazón de los cerdos han sido utilizadas para reemplazar válvulas cardiacas en seres humanos de forma exitosa.
—Muchos cerdos han ido a la guerra. Los emplean como rastreadores de minas en los campos de batalla.
—El puerco más pesado de la historia se llamaba Big Bill y pesaba 2,552 libras.
—¿Te has preguntado alguna vez por qué algunos cerdos tienen una argolla en la nariz? El hocico de los cerdos es muy sensible. Los productores le ponen argollas para evitar que excaven en la tierra en busca de comida como raíces y otras cosechas en marcha ya que esto daña los sembradíos.
—El precio más alto pagado por un cerdo ha sido de 56,000 dólares, en Marzo 5 de 1985.
—Hay cerdos en todos los continentes menos en Antártica.
—Por último, les voy a mencionar ciertos productos derivados del cerdo y por favor, conserva la calma. Los más conocidos como: chuletas, tocino, jamón, chorizos, salchichas, embutidos, gelatinas. Y muchos no tan conocidos como: medicinas, insulina, tiza, mata maleza, fertilizantes, productos cosméticos, cera para pisos, crayones, anti congelantes, vidrio, porcelana, adhesivos, goma, plástico, zapatos, correas, pintura, goma de mascar, filtros de agua, hule y hasta jabones.
Al final del día, sea cual sea el caso, el cerdo nos rodea de maneras que es prácticamente imposible no dar con él. Los panameños seguiremos dándole valor al cerdo cada mañana al despertar, con cada feria, con cada fonda, con cada estómago hambriento y a venturero en busca de sabores puros.
Espero que si estás leyendo esto y no eres de las personas que adora el cerdo, puedas ver que estos inocentes seres no solo nos ayudan en la línea de la alimentación sino en otras áreas del diario vivir y quien sabe, quizás algún día un cerdo te salve la vida. ¡Viva el cerdo, vivan los porcinos y viva el bacon!
fuente: laestrella.com.pa
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