En México la ganadería lechera es la cadena pecuaria de mayor importancia por su volumen de producción. Según datos del Sistema de Información Agroalimentaria de Consulta, el promedio de producción de leche, entre el 2007 y el 2011, fue de 10,577 millones de litros anuales, 39% de la producción total pecuaria nacional. Sin embargo, la baja productividad de las unidades de producción familiar y de traspatio, así como su condición de bajos ingresos, genera un círculo vicioso que limita el desarrollo del sector.
En el documento “Transformación de la Ganadería en Estados Unidos”, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos analiza los esquemas de cambio estructural que permiten romper el ciclo de baja productividad y bajos ingresos en este sector.
La propuesta se basa en cuatro pilares rectores para cambiar la dinámica de las explotaciones lecheras.
Primero, incrementar el tamaño del hato genera un mayor volumen de producción, situación que se transforma en mayores ingresos para la unidad productiva.
El impacto de este pilar depende de la organización de la producción, de establecer dietas especializadas por edad de los animales, así como por su etapa productiva, ya sea lactancia, descanso o reposición.
De acuerdo con la Secretaría de Economía de México, la alimentación del ganado lechero llega a representar hasta 65% del costo diario de producción, por lo que el correcto balance nutricional repercute en la productividad lechera y en la utilidad de la unidad.
El segundo pilar es el cambio en la tecnología de producción. La incorporación de innovaciones como ordeñadoras mecánicas permite atender un mayor número de animales con el mismo personal, utilizar tratamientos que reduzcan el riesgo de enfermedades y muerte de animales en su etapa de alta productividad, así como alimentos que contribuyan a que el ganado produzca más leche por día.
El tercer pilar es la especialización empresarial, a fin de elevar la eficiencia y generar un mayor valor de comercialización del producto.
El último pilar es la integración transversal de empresas especializadas, mediante un mayor uso de contratos entre productores e industria que permiten establecer relaciones formales de largo plazo.
Si bien la ganadería en México se desarrolla en condiciones sociales distintas a las de Estados Unidos, es de esperarse que un cambio estructural en la producción lechera familiar requiera incrementar el tamaño del hato, cambio tecnológico, especialización de las unidades de producción y de la integración de las empresas.
Fuente: eleconomista.com.mx
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