Autoridades federales promueven la vigilancia de civiles contra los pescadores furtivos de pepino de mar, a pesar de que quienes se dedican a esa labor por su cuenta desde hace varios meses consideran que la labor es “imprudente y peligrosa”.
El viernes informamos que la Sagarpa propuso a quienes tienen permiso de captura de pepino de mar que realicen trabajos de inspección y vigilancia, labor por la cual les pagarían $123 diarios, pero nadie aceptó en Progreso, porque consideran que el pago es muy bajo.
En Celestún, integrantes del Comité de Protección de Especies en Veda, que desde principios de año realizan labor de vigilancia por su cuenta, parecen dispuestas a aceptar la oferta de la Sagarpa.
Se trata de 19 mujeres cuyo objetivo es “garantizar la preservación” del pepino de mar para que sus esposos no tengan necesidad de viajar a otras comunidades a pescar.
Sin embargo, Susana Yerves Pech, integrante de uno de los dos grupos del comité, admite que es “imprudente y peligroso salir a tratar de detener a alguna lancha de los depredadores, de las cuales sólo en Celestún salen de 600 a 700.
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