La iniciativa tiene como objetivo no depender de elementos químicos para el manejo y control de plagas
Un equipo de investigadores liderados por la Dra. Martha Elena De Coss Flores, profesora e investigadora de la Universidad Autónoma de Chiapas, México, se ha dedicado a estudiar y desarrollar diversas formas de control biológico de ácaros como una alternativa al uso de elementos químicos en los cultivos de papaya.
Fotografía gentileza ProPapaya
Así, y según señala una publicación del Comité Nacional Sistema Producto Papaya A.C. (ProPapaya) en su sitio web, las técnicas van desde la utilización de microorganismos como el Beauveria Bassian (un hongo entomopatógeno que crece naturalmente en los suelos de todo el mundo) hasta el uso de “Cultivos Trampa” o de “Plantas Banco”.
“Anteriormente las plagas de ácaros eran secundarias, actualmente son primarias y de gran preocupación para los productores, esto debido a que si el cultivo depende al 100% del uso de agroquímicos y plaguicidas, las plagas se hacen más resistentes y se destruyen los controladores y depredadores naturales. Por lo tanto, lo que proponemos nosotros es utilizar medidas alternas de control biológico para disminuir el uso de agroquímicos y que el daño al medio ambiente sea en menor proporción” señaló De Coss Flores.
Y es que el control biológico sería la mejor opción para los productores ya que el ácaro no es visible al ojo humano y sólo quedan en evidencia cuando la planta ha perdido follaje. Por ende, hay que prevenir.
Gustavo García Cuevas, Presidente de Propapaya, Dra. Martha de Coss y Armando Vazquez ,Presidente del Comité Estatal Sistema Producto Papaya de Michoacán. Fotografía ProPapaya.
“El ácaro es tan pequeño que el agricultor se da cuenta de la afectación cuando ya se reduce el área foliar. De acuerdo a lo que hemos estudiado de los ácaros, la toxina del ácaro tropical Polyphagotarsonemus Latushace que el área foliar se reduzca y esto no permite una fotosíntesis correcta. Por otro lado hay aborto de frutos, alargamiento de los peciolos y cuando hay una reducción foliar, la penetración del sol quema el follaje”, dijo.
“Hay otros ácaros, como los Tetranychus en donde el daño que hacen es a nivel de las estomas foliares: la toxina del ácaro cierra los estomas de las hojas y eso no permite el intercambio gaseoso lo que conlleva a una reducción en fotosíntesis y en producción”.
Cabe señalar que los ácaros pueden permanecer hasta dos meses en la planta, los cuales se incrementan cuando la humedad es más baja, por lo que los productores deben poner atención no sólo a los factores climáticos donde se encuentra el cultivo, sino también al microclima de éste. Así, tener un mayor conocimiento sobre las plagas ayudaría a controlarlas, evitando la aplicación de elementos químicos.
Con respecto al control biológico, la Dra. De Coss Flores indicó que “cuando hablamos de Control Biológico, hablamos del cultivo del hongo entomopatógeno Beauveria Bassian, que transmite la enfermedad de la muscardina blanca, el hongo se encuentra en todos los suelos del mundo y es usado en muchos países principalmente como insecticida biológico. Se obtiene de un insecto que presenta esta mortalidad, de ahí se hace un cultivo puro y posteriormente se pasa a un cultivo masivo en arroz”.
“Basta con 2 bolsas de 300 gramos para una hectárea, con una proporción de conidios adecuada, para combatir el ácaro Tetranycchus Urrticae, y además se pueden combatir también las arañas rojas”, dijo.
Fotografía gentileza ProPapaya
Esta propuesta de control de plagas sería la más económica, considerando que cada bolsa costaría aproximadamente $60.00 pesos mexicanos (US$4.5).
Por otro lado está el “Cultivo Trampa” el cual utiliza el frijol escumite ya que atrae a los ácaros.
“Este frijol es una planta preferente del ácaro, lo pueden utilizar como una planta trampa con excelentes resultados, ya que uno de los agricultores más reconocidos de la región pudo disminuir hasta en un 75% las aplicaciones de acaricidas en invernadero (…) Para mí es una planta prometedora, la tenemos en nuestro país y además atrae también a las mosquitas blancas, éstas son las que llevan consigo por foresis a los ácaros de Polyphagotarsonemus Latus”, señaló la investigadora.
Finalmente están los “Banker Plant” o “Planta Banco” las cuales funcionan como “un banco de depredadores y parasitoides”, según declaró De Coss Flores.
“Si nosotros vamos a introducir un depredador podemos bajar las poblaciones del ácaro. De esta manera podemos conservar un depredador nativo como un agente de bio-control”, agregó.
En Chiapas, algunos productores utilizaron flores de Pascua como “plantas banco” teniendo excelentes resultados ya que éstas atraen insectos parasitoides benéficos y depredadores que ayudan al control de la misma plaga. No obstante, podar las plantas también sería beneficioso.
“Las podas del frijol escumite, por ejemplo, nos van a permitir emitir volátiles que son de atracción a los enemigos naturales de las plagas, porque con esos volátiles la planta llama a los enemigos de sus enemigos. Por lo tanto, es un aspecto co-evolutivo, pero también ecológico de gran importancia y actualmente es muy estudiado por la ecología química”, seguró.
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