¿Del cerdo? Hasta los andares. Con esta premisa, unida a la valentía por emprender nue- vos retos para hacer frente a la crisis económica, la joven empresaria Inmaculada Pizarro, gerente de Cortijo Eustaquio, ha encontrado la fórmula para sacarle todo el jugo al cerdo ibérico. Se trata de una iniciativa que cuenta con dos líneas de negocio interrelacionadas: por un lado, la producción y venta de productos ibéricos; por el otro, la organización de actividades de turismo activo y gastronómico.
Tal y como apuntó a este periódico, «el objetivo es ofrecer una nueva oferta de gastroturismo», apuntó Pizarro. Y todo creado de manera natural y artesanal desde el cortijo de Eustaquio, ubicado en la localidad de Cardeña, donde se trabaja en sacar el máximo partido a una antigua ganadería del cerdo ibérico de bellota y otras especies autóctonas, como la vaca retina y la oveja merina.
Con buen andar, el del cerdo, y buen hacer, el de la familia Pizarro, esta empresa cordobesa ha comenzado a producir y a comercializar su propio paté de ibérico bajo la marca Hierro de Pizarro. Se trata de un paté derivado del cerdo ibérico de bellota, considerado uno de sus productos estrella, que está recibiendo una gran acogida en restaurantes de Córdoba y provincia, incluido ya en sus cartas.
Desde el pasado mes de septiembre, «nosotros mismos comercializamos nuestros propios productos». Así, Hierro de Pizarro producirá una media de 150 a 200 cerdos ibéricos de bellota durante este primer año. Además, en el apartado turístico «queremos transmitir a nivel mundial nuestra pasión por la dehesa, tal y como lo hicieron nuestros padres», programando actividades de turismo activo, como talleres gastronómicos, que ya se están comercializando a nivel internacional.
En lo que respecta a las actividades para potenciar la Sierra de Cardeña como destino turístico, la firma oferta diversos paquetes. Entre ellos, figura una popular ruta en mulo para grupos de ocho personas, en la que se puede disfrutar de «un recorrido plagado de paredes de piedras, ganado ovino, bovino y porcino pastando y numerosas especies silvestres autóctonas de la zona».
Igual de interesante resulta la visita que organiza el Cortijo Eustaquio para escuchar la berrea del ciervo durante los meses de septiembre y octubre. Además de asistir a «uno de los espectáculos más característicos e impresionantes del ecosistema mediterráneo», se explica a los participantes aspectos del cortejo de las hembras, cómo marcan el territorio, las luchas entre los machos o los diferentes sonidos que emiten.
Fuente: abc.es
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