La construcción de una "nueva ruralidad" en los países de la región fue uno de los ejes centrales del tercer Encuentro de Máquinas y Herramientas para la Agricultura Familiar, que se llevó a cabo entre viernes y sábado y contó con fuerte presencia de productores del Mercosur Ampliado con pymes y talleres metalmecánicos.
El encuentro también significó la presentación en sociedad de la flamante Cámara Argentina de Fabricantes para la Agricultura Familiar (CAMAF).
El encuentro, que va por su tercera edición, se llevó a cabo en la Estación Experimental Agropecuaria Área Metropolitana de Buenos Aires (EEA-AMBA) que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) tiene en la localidad bonaerense de Ituzaingó.
Los denominados agricultores familiares explican el 66% de los establecimientos agropecuarios del país, cifra que a nivel del Mercosur Ampliado alcanza el 88% y totaliza unas cinco millones de familias.
Gustavo Tito, director del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar Región Pampeana (IPAF), dijo que el concepto `nueva ruralidad` implica "entrar a pensar en un actor social mucho mas dinámico y distinto de lo que se dice un productor campesino o urbano".
"Es una complejidad que pasa por tener un predio propio y, a la vez, brindar servicios proletarizados urbanos y/o rurales y todo eso es nuevo", agregó el especialista.
"Lo que a nosotros nos interesa es que es un actor social con una gran importancia política, y si lo mantenemos como tal podemos contar con cosas que con otros actores no tenemos: empleo, arraigo en lugares donde nadie quiere estar, alimento sano y cultura", definió Tito en diálogo con Télam.
El biólogo, quien se encuentra a cargo de una de las áreas de investigación del INTA enfocada en la agricultura familiar, sostuvo que a la hora de plantear la temática, los responsables y expertos subrayan el trabajo que llaman "articulación territorial institucional".
Esto consiste en un `espacio de encuentro` del Estado, básicamente el INTA, los ministerios de Agricultura y de Desarrollo Social, los agricultores familiares corporizados en el Movimiento Nacional Campesino-Indígena (MNCI) y, ahora, la CAMAF.
La CAMAF, que agrupa a los fabricantes de "fierros" -como dicen en la jerga respecto de herramientas y maquinarias para los pequeños productores-, quedó formalmente fundada hace apenas unos meses, en junio de 2012, pero ya es un actor central en la dinámica económica de los agricultores familiares.
En cuanto a las demandas básicas del sector, Tito enumeró "la tierra, el agua, los modos de producción, la comercialización `déjennos vender´, la vivienda rural y caminos rurales", todos temas en los que realizan un fuerte trabajo al que ahora suman la cuestión de la maquinaria y las tecnologías "apropiadas" diseñadas por los propios campesinos, de uso sustentable con especial atención al ambiente.
El Tercer Encuentro de Máquinas y Herramientas también tuvo como ejes a la producción primaria, el agregado de valor, las energías renovables y los proyectos y prototipos, temas que ya forman parte de la agenda de los agricultores familiares.
Tito dijo que el término "producción primaria en el campo" habla de "arados, cinceles, picadoras, molinos; de energías alternativas: eólica, solar y distintas energías complementarias (o sustitutiva) de energía fósil", mientras que la cuestión de "valor agregado alude a maquinitas para moler, para producir alimentos de mayor calidad procesarlos o faenarlos".
"Esta es la estructura que estamos poniendo acá tanto del Estado como las pymes que lo están haciendo y los productores que están empezando a fabricarlos o queriendo asociarse con la Cámara para conseguirlos. De hecho hay mesas de acuerdos", comentó Tito.
El biólogo afirmó con orgullo: "Acá la idea es que ganen todos. Las mesas son rondas en las que están sentados una organización de la agricultura familiar, un ente financiador que puede ser el Estado, bancos o fundaciones, y miembros de la CAMAF".
En esas mesas se discute si la organización "le compra directamente a la CAMAF, encargada de financiarla; o un ente financiador le da la plata a las organizaciones para que le compren a la CAMAF o le dé a ésta para que haga stock y venda a las organizaciones", explicó Tito.
Respecto de lo que se busca como resultado inmediato para los campesinos, el director del INTA dijo que el primer objetivo es "humanizar el trabajo, que la gente no se quiebre la espalda, por ejemplo. Segundo, ganar tiempo y darle valor agregado al producto, tener más independencia, más autonomía y más tecnología. Que si se rompe algo hay una pyme local que lo va a arreglar y que no haya que ir a otro lado porque tenemos todo el polo tecnológico cerca".
Al explicar una vez más el concepto de "nueva ruralidad", Tito sostuvo:
"Si yo digo campo no te imaginás estos actores. Si yo digo conurbano no te imaginás que de ahí viene la verdura que comés todos los días.
Tenemos un actor político, fuerte, cultural, que nos está abasteciendo, nos genera empleo y no lo ponemos en valor, por eso lo tenemos que visibilizar".
"Ponerlo como un agente productivo más. No decir que está atrasado o que hay que cambiarlo o que hay que sacarlo. Hay que valorizarlo porque es concreto y nos rodea cotidianamente", resumió el especialista.
Fuente: telam.com.ar
© 2024 Creado por AGRO 2.0. Tecnología de
¡Necesitas ser un miembro de AGRO 2.0 para añadir comentarios!
Participar en AGRO 2.0