América Latina y el Caribe es la región del mundo que más ha avanzado en la reducción del hambre en los últimos 20 años, al pasar de 65 millones a 49 millones en la actualidad.
De acuerdo con el estudio "Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo (SOFI 2012)", publicado hoy por la Organización de las Naciones Unidad para la Agricultura y la Alimentación (FAO), esta cifra es un importante paso hacia el cumplimiento de las Metas de la Cumbre Mundial de la Alimentación y el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio.
La región mantuvo un crecimiento económico por encima de los países desarrollados durante la crisis económica de los últimos años, lo cual le permitió reducir el hambre, aunque a un ritmo menor que en los años previos.
"América Latina y el Caribe y Asia han sido las dos regiones donde la reducción del hambre ha tenido los mayores avances en los últimos 20 años. Los países latinoamericanos disminuyeron tanto la proporción como el número de quienes sufren subnutrición en dicho período, más que cualquier otra región.
El hambre en esta región afectaba a 14,6 por ciento de la población en el periodo 1990-1992, 65 millones de personas, mientras que en 2010-2012, afectaba a sólo el 8,3 por ciento, unas 49 millones de personas.
Sin embargo, el ritmo de reducción se ha ralentizado, desde un porcentaje anual de reducción de 1,9 por ciento en 2002-2005, a 0,9 or ciento en 2006-2009.
La subnutrición en los dos últimos decenios disminuyó casi un 30 por ciento en Asia Pacífico, de 739 millones a 563 millones de personas, debido principalmente al progreso socioeconómico de muchos países de la región.
A pesar del crecimiento de la población, la prevalencia de la subnutrición en la región se redujo de 23,7 a 13,9 por ciento.
En el último trienio países como Brasil y Perú mostraron avances significativos en la reducción de sus poblaciones con hambre, al disminuir ambos países en dos millones de personas su número de hambrientos cada uno, 2 por ciento de reducción en Brasil y 4 por ciento en Perú.
El representante Regional de la FAO para la región, Raúl Benítez, dijo que esta disminución "tiene todo el potencial y las condiciones para erradicar el hambre. Con políticas adecuadas es posible alcanzar las metas de disminución del hambre.
El estudio SOFI2012 elaborado por la FAO, por el Fondo Internacional para el Desarrollo de la Agricultura (FIDA) y por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) sostiene que el hambre afecta a 868 millones de personas en el mundo.
El número total de personas hambrientas disminuyó en 132 millones de 1990 a 1992 y de 2010 a 2012, lo cual equivale a pasar de 18,6 a 12,5 por ciento de la población mundial y del 23,2 a 14,9 por ciento en los países en desarrollo.
Con ello, la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) puede estar al alcance si se adoptan las medidas adecuadas.
De 1990 a 2007 la cifra de víctimas del hambre disminuyó de forma más pronunciada, pero desde 2007-2008, sin embargo, el progreso global en la reducción del hambre se ha ralentizado y estabilizado.
En el mundo actual, con oportunidades técnicas y económicas sin precedentes, es inaceptable que más de 100 millones de niños menores de cinco años tengan bajo peso y que la desnutrición infantil sea la causa de muerte de más de 2,5 millones de niños cada año, señaló la FAO en el documento.
El organismo señaló que se requiere "un enfoque de doble vía", basado en un crecimiento económico sostenido, que incluya la agricultura, además de redes de protección social para los grupos más vulnerables.
"El crecimiento agrícola es especialmente eficiente para reducir el hambre y la malnutrición en los países en desarrollo, ya que muchos de los pobres dependen de la agricultura y de sus actividades relacionadas. El crecimiento agrícola que involucre a los agricultores familiares, especialmente a las mujeres, es más efectivo", explicó.
Para enfrentar los problemas de hambre se requieren sistemas de protección social para los más vulnerables, medidas como las transferencias de ingresos, cupones de alimentos y seguros de salud, indicó.
"Con una protección social efectiva que complemente el crecimiento económico inclusivo se puede eliminar el hambre y la malnutrición", señala la FAO en el SOFI 2012.
Uno de los aspectos que destaca es que a medida que la inequidad crece, se estanca la lucha contra la pobreza y el hambre.
"En América Latina y el Caribe, debido a inequidades en la distribución de la tierra y la dominante posición de la agricultura mecanizada, la relación entre una mayor productividad agrícola y una mayor reducción de la pobreza es débil; los rendimientos agrícolas han crecido rápidamente, pero la pobreza rural ha cambiado poco", añadió.
Durante la última década la región de América Latina y el Caribe vivió un período dinámico de crecimiento económico y disminución de la pobreza.
Esta reducción se debe a una combinación de aumento de los ingresos laborales y ampliación de las transferencias públicas. No obstante, América Latina y el Caribe aún muestra niveles de desigualdad muy altos en relación con otras regiones del mundo.
Africa fue la única región donde el número de personas hambrientas aumentó en los últimos 20 años, al pasar de 175 millones a 239 millones, con casi 20 millones sumados en los últimos cuatro años.
La prevalencia del hambre, aunque se redujo, ha aumentado ligeramente en los últimos tres años, de 22,6 a 22,9 por ciento, casi una cuarta parte de la población.
"Las regiones desarrolladas también han visto aumentar el número de personas que pasan hambre, de 13 millones en 2004-2006, a 16 millones en 2010-2012, revirtiendo una tendencia constante a la disminución en los años anteriores, desde los 20 millones de hambrientos que se calculaban en 1990-1992", concluyó la FAO.
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