Las yeguas solo tienen leche en el periodo de lactancia de su cría y solo se las ordeña durante 5 meses al año
Tras la polémica por la presencia de carne de caballo en más productos de los que inicialmente podríamos pensar, ahora puede que nos sorprendamos por una promoción que promete numerosos beneficios para nuestra salud: la leche de yegua.
Una novedad en nuestro país, donde ya se publicita como «un alimento tradicional consumido desde la antigüedad». Afirman sus distribuidores vía internet que «sus virtudes terapéuticas y energéticas las son conocidas por el pueblo Mongol» que consumía quesos fermentados y bebidas elaboradas con leche de yegua. Referencias también a los famosos baños de «leche de yegua y burra» que disfrutaban Nefertiti, Cleopatra, Pompea o Sisí la emperatriz.
Hasta aquí los apuntes históricos, pero antes de decidirnos a probar este producto queremos saber algunas de sus cualidades. Si seguimos leyendo la promoción que ahce unos días llegaba hasta nuestro correo electrónico nos enteramos de que la leche de yegua está supuestamente «reconocida por la Comunidad Científica, como la leche animal más parecida a la materna humana y como remedio natural con propiedades nutricionales y cosméticas».
Como ejemplo, nos aseguran que este producto es un alimento natural, que contiene Inmunoglobulina A, Lisozima, Calcio, Hierro, Fósforo, Magnesio, Vitaminas A, B1, B2, B6, B12, C, D, E, K, Omega 3 y 6, además de proteínas, hidratos de carbono, o albúmina. «Estas características nutricionales nos fortalecen y ayudan a mejorar nuestra salud», asegura la publicidad.
Con todas estas características casi nos han convencido, pero antes de probarlo, queremos recurrir a los expertos, y contrastar esta información publicitaria con una profesional independiente que corrobore o desacredite estas «virtudes prometidas».
Queremos estar seguros de que no se trata de «un nuevo producto milagro» y, sobre todo, de que su consumo no va a ser perjudicial para nuestra salud.
Consultamos con Lourdes Martínez-Piñeiro, dietista de la Unidad de Obesidad de los hospitales madrileños Monte Príncipe y Vallecas. Y lo primero que escuchamos durante la conversación es su sorpresa. Nos ha pedido tiempo para informarse debidamente, por que es un producto sobre el que hasta ahora no había recibido ningún tipo de consulta.
«La verdad desconocía sus propiedades, sabía que la leche de cabra es más parecida a la humana y que es mejor en caso de intolerancias, en el caso de la leche de yegua, parece que son incluso mejores las propiedades», asegura tras cotejar varias informaciones.
Tras la sorpresa inicial, Lourdes Martínez-Piñeiro reconoce que, efectivamente «la leche de yegua es un alimento que ya se ha utilizado en la antigüedad en las Estepas Rusas de Mongolia y también en los pueblos nómadas del Sahara como alimento para el cuerpo y como curación para muchas enfermedades». Y aunque en España sea un producto novedoso, en países como Rusia, Alemania o Austria es más habitual, y reconocida por sus propiedades.
Es uno de los pocos alimentos que pueden tomar las personas sanas y las personas con problemas de salud. Para las personas sanas es un alimento que «se puede tomar como preventivo para estar sano de una manera natural», asegura la dietista. La leche de yegua está recomendada en desordenes metabólicos, estimula la limpieza intestinal, en problemas del intestino grueso, problemas de digestión y gases. Para subir defensas en casos de tratamientos con quimioterapia, en casos de impurezas de la piel erupción e intolerancia. Mejora considerable en la enfermedad de Crohn.
Otras utilidades que le encuentra a este alimento Lourdes Martínez-Piñeiro es para «gente cansada o bajo mucho stress, como suplemento energético para deportistas o problemas con el colesterol».
Nuestra sorpresa va en aumento cuando comprobamos que puede estar indicada para tal cantidad de problemas que no nos queda más remedio que resumirlos en un cuadro.
Posibles indicaciones
La leche de yegua puede ser beneficiosa para:
Piel: Enfermedades alérgicas de la piel. Acné, psoriasis, neurodermitis, envejecimiento cutáneo precoz.
Hígado: Afección hepática crónica. Debilidad del funcionamiento hepático. Desintoxicación alcohólica. Cirrosis hepática y trastornos degenerativos del hígado. Trastornos del metabolismo lipídico.
Intestino-estómago: Regeneración de la flora intestinal, en particular después del tratamiento con antibióticos. Gastritis, hiper e hiposecreción gástrica. Inflamación intestinal. Pancreatitis, úlceras de estómago e intestino. Colitis y trastornos intestinales.
Perturbación de la circulación. Defecación irregular.
Estado general: Contra los trastornos nerviosos debidos al estrés. Contra el envejecimiento precoz. Estimulación del sistema inmunitario y refuerzo de las defensas naturales. Regeneración general del organismo. Trastornos de crecimiento en el niño. Secuelas del infarto y alteraciones en la circulación cardíacas. Arteriosclerosis.
Ya en el capítulo de curiosidades descubrimos que se trata de un producto escaso ya que las yeguas solo tienen leche en el periodo de lactancia de su cría y solo se las ordeña entre 1-2 litros al día durante 5 meses al año. Por lo que su consumo en fresco es casi imposible, la forma más habitual de encontrar la leche de yegua es liofilizada.
Según nos explica Lourdes Martínez-Piñeiro, la liofilización, es un proceso de secado al vacío y a baja temperatura, «de manera que la leche de yegua se enfría a -20ºC y en condiciones de vacío se sublima el agua (paso del estado sólido al gaseoso), eliminando el agua, quedando un extracto seco de la leche de yegua convirtiéndose en leche en polvo».
La liofilización es una técnica empleada para la conservación de alimentos, manteniendo todas sus propiedades nutricionales y organolépticas llegando al consumidor, con muy alta calidad. Es más, cuando se liofiliza un alimento se consigue que su digestión sea mejor.
Ya conocemos tanto la publicidad como la opinión profesional. Por lo que tan solo nos queda una última pregunta a la especialista. Después de todo esto ¿va a recomendar su consumo?. Y la respuesta es que como hasta ahora se trataba de un alimento desconocido «nunca la he recomendado, a partir de ahora lo tendré en cuenta para esas patologías en las que ya hemos comentado sus beneficios».
Aunque la clave para una buena salud es «una alimentación variada, equilibrada y acorde a las necesidades de cada individuo, junto a una vida activa». Aunque algunos productos nos puedan ayudar a conseguir un aporte equilibrado de nutrientes, también tenemos que ser conscientes de que «los productos mágicos no existen».
Si quieres más información profesional:
Lourdes Martínez-Piñeiro
Dietista de la Unidad de Obesidad del Hospital Monte Príncipe de Madrid
Dietista de la Unidad de Obesidad del Hospital de Vallecas
e-mail: lourdesmpm@hotmail.com
Fuente: abc,es
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