El valor de la polinización de estos himenópteros supone un valor en producción agrícola que alcanza unos 200 millones en Galicia.
Las abejas son el vector de la polinización indispensable para la biodiversidad y los expertos también advierten de que la falta de polinizadores “conducirá inevitablemente” a una disminución de los cultivos. De hecho, las abejas están involucradas en la producción de frutas (como el albaricoque, la fresa, pera o manzana), cucurbitáceas (como el melón o la sandía), las solanáceas (como el tomate y el pimiento), el kiwi, las culturas oleaginosas (colza o girasol), las habas, la cebolla y el perejil.
Pero este himenóptero presenta una “elevada mortandad” que, según varios técnicos en apicultura consultados por Europa Press, se debe al uso “masivo” de pesticidas sistémicos, lo cual ya ha llevado a crear una plataforma para pedir que se dejen de fabricar y comercializar el conjunto de los plaguicidas neonicotinoides y fenilpirazoles, una clase de insecticida que actúa sobre el sistema nervioso central de los insectos.
Ante esta situación, son varios los expertos que coinciden en la observación de que, amén de la influencia del “cambio climático”, las abejas se defienden de los pesticidas reproduciéndose a “destiempo”, en otoño o invierno, para salvar su especie, como si “se diesen cuenta” de que se mueren más “en los últimos años”.
Así, aunque no hay datos estadísticos, la observación de la naturaleza en los últimos años por parte de los apicultores sí ha servido para concluir que las abejas actúan de esta forma extraña, reproduciéndose cuando no hay néctar en la naturaleza que recoger, es decir, cuando no existe la capacidad de alimentar a tantos himenópteros.
La reproducción de las abejas consiste en que la unidad, es decir, la colmena, se divide en dos. Por ejemplo, implica que si hay 30.000 abejas, 15.000 se vayan a otro lugar para formar otra colmena. Durante ese periodo (de división y ‘nombramiento’ de una nueva abeja reina –la que produce los huevos–), no se produce el mismo nivel de miel, con lo que, además de las consecuencias mortales que producen los pesticidas, también se originan pérdidas económicas para los apicultores.
La Unión Nacional de Apicultura Francesa (UAF) apunta varias pruebas en las que se explica la relación entre la mortalidad de las abejas y el uso de pesticidas sistémicos, como la distribución geográfica de las pérdidas, la coincidencia de este fenómeno con el uso de este tipo de pesticidas, o la variación en la situación de un apiario a otro.
Un estudio francés publicado en la revista Science el 29 de marzo de 2012 reveló los riesgos de los plaguicidas sobre el sistema nervio central de las abejas, causando la muerte indirectamente relacionada con la pérdida de sentido de la dirección y, por lo tanto, de no volver a la colmena.
Este estudio demostró, asimismo, una mortalidad muy elevada de las abejas expuestas a una dosis cinco veces más baja que la considerada como letal, lo que pone de manifiesto la incidencia indirecta por la desorientación de la abeja derivada del contacto con los pesticidas.
Además, otra publicación reveló los riesgos de pesticidas en las poblaciones de abejones, ya que colonias infectadas por plaguicidas mostraron una reducción significativa en el crecimiento y producen un 85 por ciento menos que las colonias de control, en consecuencia, ese mismo porcentaje menos de nidos para el año siguiente.
EL VALOR DE LA POLINIZACIÓN, 200 MILLONES
La acción polinizadora de las abejas, es decir, lo que permite que las plantas den frutos, tiene un valor que supera “los 200 millones de euros”, según los cálculos realizados por el secretario técnico de la Asociación Galega de Apicultores, Jesús Asorey, quien ha indicado a Europa Press que esta cifra se obtiene a partir de multiplicar por 20 el valor de los productos ligados directamente a la acción de la abeja (por ejemplo, la miel).
De esta manera, y dado que en Galicia la producción en miel alcanza los 10 millones euros, el valor que ejercen en la producción agrícola llega a los 200 millones de euros.
Y es que las abejas son un bien preciado especialmente en cultivos como el del kiwi, una planta que sólo da frutos si es hembra pero la cual necesita de la polinización de las abejas desde el arbusto macho. En la consecución del fruto juegan un rol esencial las abejas, una actuación que no puede ser sustituida por la acción humana, que “no inventó nada” para suplantar esta labor, ha explicado a Europa Press Miguel Méndez, de la Asociación Galega de Abelleiros (Agamel).
“Lo único que puede hacer (el hombre) es coger polinizadores y llevarlas a los invernaderos”, ha indicado Miguel Méndez, quien, en este sentido, ha señalado que esta actividad se practica con fines económicos en Estados Unidos, donde “ya se paga” para llevar a abejas a los almendros y, de hecho, dada la baja colonia existente, se “importan” estos himenópteros.
Otro experto en apicultura, Abel Yáñez, que ha hecho un estudio doctoral sobre el sector asegura que el valor de la apicultura desde el punto de vista del efecto polinizador “es muy superior a la de la producción directa”, pero además advierte de que, en el plano ecológico, “es incalculable”.
PROTESTAS POR EL USO DE PESTICIDAS
El uso de los pesticidas provocó el malestar del sector, que creó una plataforma contra las fumigaciones en la primavera de este año, en la que participa medio centenar de organizaciones y colectivos de apicultores, ecologistas, agricultores y consumidores. Además, en 2012 hubo varias movilizaciones en contra del uso de estos productos.
Aunque ya fue objeto de discusiones parlamentarias, este asunto vuelve ahora también a la Cámara gallega de la mano de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), que ha presentado una proposición no de ley en la que pide la suspensión de la fabricación, comercialización y utilización del conjunto de todos los plaguicidas neonicotinoides y fenilpirazoles en España, y la adopción de medidas para la protección de las abejas y los polinizadores en general.
En Europa hay precedentes de la prohibición de los mencionados insecticidas, por ejemplo Italia, que impidió su uso en 2008. Desde entonces, según el Instituto Nazionale dei Economia Agraria –Instituto Nacional Italiano para la Economía Agrícola–, la apicultura italiana está “en sólida recuperación después de una mortalidad masiva de abejas en los últimos años”.
Además, el 23 de mayo de 2012, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó una opinión científica en la que refiere que los pesticidas sistémicos mencionados “nunca fueron adecuadamente evaluados”, y recomendaba que todas las autorizaciones de esos productos deberían ser suspendidos durante el tiempo que durase la revisión completa. En Francia, el 28 de junio de este año, se retiró la comercialización Cruiser OSR en colza, si bien el España ninguno de estos productos está prohibido.
EL SECTOR APÍCOLA EN GALICIA
En Galicia hay unos 3.500 apicultores (3.432 en 2010), que cuentan con cerca de 84.000 colmenas, cuya producción media al año se sitúa en los 24 kilos, aunque varía entre la provincia de A Coruña (25 kilos por colmena) y Lugo (21 kilos por colmena). Diez años antes, en 1998, en Galicia había 4.731 apicultores que poseían 94.800 colmenas, lo que ha supuesto una reducción del 27,5 y del 11,4 por ciento, respectivamente.
La cantidad media de miel que se extrae en años de buenas cosechas se aproxima a lso 30 kilos, pero cuando las condiciones no son climáticas apropiadas, no superan los 20 kilos por colmena, según los datos recogidos en un estudio doctoral realizado por Abel Yáñez Armesto.
Este trabajo señala que la producción anual se estima en dos millones de kilos, si bien la variación entre las buenas y malas oscila entre los 2,8 y los 1,8 millones de kilos
Fuente:europapress.es
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