La webcam que tiene instalada SEO/BirdLife en el Parque Nacional de Cabañeros permite seguir en directo el periodo de cría de una pareja deáguila imperial ibérica, el ave rapaz más amenazada de Europa y una de las más escasas del mundo.

La herramienta, «vital para el estudio y divulgación de los detalles más íntimos de una especie difícil de observar, incluso con la óptica más avanzada, en condiciones naturales», acaba de ofrecer el primer acontecimiento del año, el nacimiento de uno de los pollos, al que se puede ver a través del enlace www.aguilaimperial.org.

Tan solo existen unas 350 parejas de águila imperial ibérica (Aquila adalberti) en el planeta. Y el 98% de ellas habitan en España, explica Sara Cabezas, coordinadora técnica de la Red de Custodia Alzando el vuelo.

La Red de Custodia Alzando el vuelo, que funciona desde 2006, cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad y realiza acciones de conservación y sensibilización en 125 municipios (22.000 hectáreas de fincas privadas) y más de 116 escuelas.

Detección temprana de cainismo

La cámara web se activó por primera vez en 2008, cuando se instaló el sistema de seguimiento remoto de las aves en las proximidades de su nido. En 2012, la pareja de imperiales decidió utilizar otra plataforma de cría. Pero en 2011, por ejemplo, gracias a la webcam se tuvo constancia de un episodio de cainismo (un ataque del pollo más grande contra los más pequeños dentro del nido) y se pudo intervenir a tiempo para salvar a los dos ejemplares más jóvenes.

«Hay que señalar que no todos los años ha sido posible disfrutar de la webcam, ya que las águilas no eligen el mismo lugar para criar cada temporada», matiza Cabezas.

«La sensibilidad del águila a las molestias hace imposible la aproximación al lugar para cambiar el enfoque o la localización de la cámara. No perturbar a la especie durante la primera etapa de la cría (preparación del nido e incubación) constituye el criterio de conservación que tenemos en cuenta, por lo que no realizamos ninguna actuación en este momento crítico de la vida de las águilas», concluye.