Los agricultores uruguayos tuvieron en esta su primera semana de plantación intensa de soja, así como de los demás cultivos de verano. Los brasileños, paraguayos y algunos argentinos empezaron hace ya algunos días lo que será la mayor siembra de la historia de la oleaginosa, que en los últimos años es el cultivo más plantado de los cuatro países del bloque.
El Mercosur sembrará por primera vez en la historia más área de soja que EEUU y es esa magnitud de siembra lo que está determinando la baja más fuerte de los últimos tiempos para la oleaginosa que marcó esta semana los precios más bajos de los últimos meses.
La oleaginosa cayó más de 20% y aunque la perspectiva sigue siendo favorable ya no lo es tan holgadamente. Y eso que es verdad para los uruguayos lo es más para los argentinos.
En Uruguay, la mayoría de los productores tomaron posición con anticipación a precios que llegaron a US$ 550, aunque la mayoría colocó un anticipo de su producción a US$ 500 o algo por encima de esa cifra, pero para una cantidad limitada de kilos.
Ahora es momento de sembrar y empezar una tensa espera en torno al mercado más volátil de todos. Influenciado por factores diversos, desde las modificaciones sucesivas que el Departamento de Agricultura hace en cada estimación mensual, el clima en el Mercosur, la actitud más o menos compradora de China, y el precio del petróleo, que ha cambiado de tendencia.
Una siembra espectacular.
Todavía parte de los cultivos no han sido sembrados pero el mercado supone que Brasil tendrá una cosecha histórica, mayor a 80 millones de toneladas (fue de 66 millones el año pasado).
Del mismo modo, la cosecha daría un salto en Argentina, de 41 a 55 millones de toneladas. Sumado a una producción en Paraguay del doble del año pasado, pasando de 4 a 8 millones de toneladas, determina un salto productivo en el Mercosur de gran magnitud. La región generaría 30 millones de toneladas más del grano.
Pero cabe recordar que son cultivos que en muchos casos todavía no han nacido. Hay agua en el suelo, hay pronósticos de lluvias sobre Brasil nuevamente hasta fines de este mes. Pero bastarán unos días sin lluvias en diciembre o enero para que el mercado dé un salto.
El stock de EEUU es muy bajo, menos de 4 millones de toneladas y la baja de precios de los últimos dos meses ha propiciado las compras de China, que vienen a un ritmo tal que llevarían a que las reservas estadounidenses cayeran todavía más.
Con clima normal, los productores de la región cambiarán menos precio por más kilos. Los cultivos sembrados en fecha y con agua en los suelos dan un argumento para pensar que los 2.000 kilos puedan superarse en la mayoría de las chacras uruguayas, una cifra que para los países vecinos lleva a estimar rendimientos de 2.500 kilos hacia arriba.
Como sucedió en Uruguay la zafra pasada, las lluvias de último momento muestran que la capacidad de recuperación de las plantas de soja es extraordinaria. Los cultivos estaban destrozados en setiembre, cuando durante la Expo Prado se comentaba hasta cuándo podría llegar el precio que se ofrecía a US$ 550. Brasil estaba seco en lo previo a la siembra. El panorama era muy complicado.
El Departamento de Agricultura (USDA, por su sigla en inglés) estimó el 12 de setiembre que la producción estadounidense sería de 71,7 millones de toneladas, lo que significaba una caída de 13 millones respecto al año anterior y 18 millones de toneladas menos que en 2010.
El mundo estaba al borde del desabastecimiento. Pero sobre fines de ese mes las lluvias llegaron a Brasil y a EEUU y así el pronóstico de octubre proyectó 78 millones de toneladas para EEUU y 81 millones en el pronóstico divulgado el viernes pasado que terminó de corroborar una cosecha casi normal, lo que derrumbó los precios.
Súbitamente, el mercado encuentra que se está terminando de levantar una cosecha aceptable en el país de referencia y que se viene una siembra gigante en el Mercosur.
El factor petróleo
Más allá de estos factores de estricta oferta y demanda de la oleaginosa, hay una tendencia que bien puede ser la más importante de todas, no solo para la soja sino para el conjunto de las materias primas. El precio del petróleo va bajando y lo hace en forma persistente y casi estructural. EEUU ha encontrado la manera de extraer mucho más petróleo y gas natural que antes y eso está deprimiendo el precio de los combustibles. De la misma forma que la suba del petróleo catapultó a los granos en los útimos 10 años, una baja puede hacer caer no solamente al precio de la soja sino también al conjunto.
En esta semana, la Agencia Internacional de Energía (AIE) proyectó que para 2017 EEUU superará a Arabia Saudita como principal productor mundial de petróleo. “El desarrollo energético en Estados Unidos es profundo y su efecto se sentirá más allá de Norteamérica, y del sector energético”, dijo la AIE. “El reciente repunte en la producción estadounidense de crudo y gas no convencional, impulsado por tecnologías de extracción que están liberando recursos de crudo y gas de esquisto, está estimulando la actividad económica, con un gas menos costoso y unos precios de la electricidad que dan a la industria una ventaja competitiva”, agregó el informe.
Esto puede cambiar la perspectiva de largo plazo del mercado de energía y de granos. “Estados Unidos, que actualmente importa alrededor del 20% de sus necesidades totales de energía, se convertiría casi totalmente en autosuficiente en términos netos, un cambio drástico de la tendencia vista en la mayoría de los otros países importadores de energía”, dijo.
Desde la demanda, las materias primas están a la defensiva. Los persistentes problemas del sur de Europa debilitan al euro y fortalecen al dólar. Históricamente, se ha repetido una relación inversa de materias primas en descenso cuando el dólar sube. Y la divisa estadounidense está ascendiendo respecto al euro y al real.
En el mediano plazo, si no hay una reactivación económica fuerte y el petróleo sigue flojo, la baja de la soja se trasladará a los demás granos. Lo que pone en el tapete una consecuencia de una baja persistente de la soja: el impacto trasciende la agricultura y puede incidir sobre toda la economía uruguaya.
Efectos de los precios.
Por primera vez desde la crisis de Lehman Brothers en 2008, la posibilidad de una baja importante en el precio de las materias primas es relevante. De concretarse, eso tendrá consecuencias importantes. El gobierno argentino verá descender su recaudación, y en Uruguay lo que era una competitividad agrícola holgada aun con un dólar a $ 20, ya no lo será tanto. En otro plano, las complicaciones de Venezuela serán mayores con un petróleo en baja, lo que puede tener repercusiones sobre el sector lácteo. Para muchos inversores que apostaron a pagar rentas caras incluso en lugares lejanos a puertos, si el descenso de la soja continúa los márgenes agrícolas comenzarán a volverse exiguos. Otros productores deberán enfrentar el cultivo de verano en sucesión con trigo o cebada que tuvieron problemas de calidad. Otros no han vendido todavía soja. Los márgenes agrícolas empiezan a ser claros solo para aquellos que tienen buenos rendimientos, usan las herramientas comerciales para manejar el riesgo y no tienen costos excesivos de logística.
Lo que apuntaba a ser una zafra agrícola histórica, ahora es una zafra que se presenta desafiante, con precios que van en baja, con cultivos de invierno con un daño que empezarán a ser evaluados la semana próxima. Eso sí, en términos de rendimiento potencial, los cultivos de verano tienen todo para ganar.
fuente. elobservador
© 2024 Creado por AGRO 2.0. Tecnología de
¡Necesitas ser un miembro de AGRO 2.0 para añadir comentarios!
Participar en AGRO 2.0