Con una medida de entre 40 y 50 milésimas de milímetro, el cabello humano es una de las materias más finas del mundo. Pero Anna Emmerson, una ganadera de la granja Lindis Ridges de Nueva Zelanda, ha conseguido esquilar a sus ovejas de raza merina una lana que mide hasta cuatro veces menos: 10,6 micrones (unidad equivalente a la milésima de milímetro). Se trata de la lana más fina lograda en el mundo, como acredita el premio que le acaba de otorgar en Hong Kong la famosa marca textil italiana Loro Piana, que cada año organiza un concurso entre los mejores criadores de Australia y Nueva Zelanda.
Con 75 y 32 millones de ovejas, respectivamente, ambos países son los principales productores de lana del planeta, ya que cada año aportan a las subastas internacionales cuatro millones de fardos, cada uno de los cuales pesa 100 kilos. De ellos, sólo entre 30 y 50 fardos tienen la lana más fina del mercado. El motivo es bien sencillo: mientras cada oveja suele dar entre 4 y 6 kilos de lana al año, los animales con el pelo más fino sólo generan un kilo. Y, de ellos, sólo un fardo gana esta competición anual o, como en el caso de Anna Emmerson, bate el récord mundial a la lana más fina. Enfrente tenía una lana de 11,1 micrones obtenida por Pamela y Robert Sandlant en la granja Pyrenees Park de Australia.
Además de concederle el galardón, la empresa Loro Piana adquirió este preciado fardo y no lo procesará hasta encontrar una lana más fina, cuando podrá usar los 150 metros de tela que se obtienen del mismo para confeccionar 40 trajes que tendrán la fibra más suave del mundo. “Para conseguir esta fibra, los ganaderos llevan a cabo una selección natural con las mejores ovejas, que siguen una dieta especial y deben crecer en un entorno apropiado con lluvia suficiente para que haya buenos pastos”, explica a ABC Pier Luigi Loro Piana, consejero delegado de la marca.
Marca de lujo
Su familia lleva dedicándose al negocio de las lanas desde principios del siglo XIX, pero la actual compañía no fue constituida hasta 1924. Con 2.533 empleados y una facturación de 630 millones de euros en la actualidad, Loro Piana es un nombre de referencia para los sastres de todo el mundo por la calidad de sus lanas, cachemira y vicuña. En 2000, y para perfeccionar el suministro de sus materias primas, Loro Piana estableció esta competición por la lana más fina entre sus proveedores de Australia y Nueva Zelanda, que han conseguido reducir las medidas de la fibra en 2,5 micrones desde entonces.
“Queremos conseguir la lana más fina para que los jóvenes descubran lo cómodos que son nuestros trajes”, asegura Loro Piana, cuya empresa ha vivido sus mejores campañas en 2011 y 2012. “La alta calidad resiste las crisis porque los consumidores prefieren gastar su dinero en artículos que realmente tienen valor”, razona antes de recordar que “la situación era mucho peor cuando me hice cargo de la empresa a mediados de los 70 y la inflación era del 20 por ciento en Italia, que sufría entonces los ataques de las Brigadas Rojas”. Con sus principales mercados en Europa (45%), Asia (32%) y Estados Unidos y Canadá (22%), el hijo de Loro Piana, Giacomo, vive en Shanghái para abrir nuevas tiendas en China y expandir esta marca familiar otra generación más.
Fuente: abc.es
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