Con la participación de 48 empresas regionales, 18 empresas globales y 22 organismos públicos, productores y empresarios pretenden impulsar acuerdos que permitan encaminar al país a la seguridad alimentaria que se encuentra en 92%, según la FAO, y que representa un reto dada la demanda de alimentos que se prevé en el futuro y que están amenazados por los altos costos.Reunidos en el Foro Nacional de Políticas Públicas par la Seguridad y Desarrollo Agroalimentario de México 2012-2050, un grupo plural integrado por empresarios, legisladores, académicos, funcionarios del gobierno saliente y del equipo de transición, coincidieron en aprovechar la coyuntura de cambio de gobierno para construir y fortalecer la alianzas público-privadas para producir granos, oleaginosas, frutas y vegetales, café y cacao, y pesca, cuya meta a corto plazo está planteada para el próximo año y que requerirá de una importante inversión.
Tan sólo para el caso de maíz, la inversión que se tiene estimada durante este año es de 5,000 millones de pesos, comentó José Cacho Ribeiro, director general de grupo Minsa y coordinador de grupos de granos de Nueva Visión para la Agricultura.
Explicó que para el impulso de las alianzas se trabajan en tres ejes fundamentales: la seguridad alimentaria, el crecimiento económico de los productores y en el ámbito de sustentabilidad ambiental.
“Si vemos esto de una manera estratégica, nos sentamos a la mesa buscando solución como una alianza público-privada, los resultados se van a dar porque eso trasciende los tiempos, no depende de la decisión de una sola persona; si estructuramos bien ese mecanismos, las cosas van a mejorar y estamos convencidos de que es el mecanismo adecuado”, indicó.
Datos del Grupo de Economistas Asociados (GEA), que destacan que el crecimiento de 3.5% del sector en México podría incrementarse hasta en 5.6% y en la parte agroalimentaria, podría crecer entre 8 a 12%, más en ocho a 10 años, pero “se tiene que actuar”, dijo Mauricio González Gómez, presidente ejecutivo de GEA.
Este esfuerzo que inició en mayo del 2011 se ha desarrollado en otros países como parte de los trabajos del Foro Económico Mundial y en el caso de México se trata de un esfuerzo colectivo para superar retos en el sector agroalimentario, así como aumentar en productividad, competitividad y sustentabilidad, fortaleciendo las cadenas productivas.
Así, en el caso de maíz, se pretende incrementar la producción 64%, así como el ingreso de los productores; para el café se espera incrementar la producción 33% para el 2015 y financiar 120,000 productores al 2016; para el trigo, la meta es 150,000 hectáreas de área de riego y 750,000 hectáreas de temporal, entre otras.
Como parte de las acciones que siguen, los empresarios y el sector público consideran que se debe continuar con esta iniciativa, actualizando sus alcances en forma permanente; incorporar a más actores integrantes de las cadenas productivas a la alianza, así como a organismos empresariales, incidir en la nueva administración federal para dar continuidad al proyecto, con un mayor involucramiento de los gobiernos de los estados y el Legislativo.
Cabe destacar que el sector pesquero no ha mostrado el suficiente interés y se trabajará para involucrarlo, y en el caso del sector pecuario, el empresario ganadero y agrícola sinaloense Álvaro Ley López pidió que este sector se involucre, pues resulta muy importante y no ha sido considerado.
En tanto, el senador Isidro Pedraza Chávez sostuvo: “Impulsaremos una ley reglamentaria del Artículo 4 de la Constitución que fije el derecho a la alimentación”.
En ese sentido, la alianza público-privada es la vía para resolver el problema agroalimentario, manifestó el productor de Sonora, Carlos Baranzini.
Para asegurar producción falta fortalecer políticas públicas
Ante la crisis agroalimentaria global que inició en el 2006, con precios altos como el del maíz, que en el 2007 llegó a 300 dólares por tonelada, México debe establecer políticas públicas para la cadena de valor del sector, en donde el gobierno debe jugar un rol de integración que ligue las políticas macroeconómicas con la política para el sector.
Se trata de satisfacer al “estómago mexicano” con productos de calidad, una estrategia que pasa por la reducción de la importación de alimentos. La FAO establece que en el 2020 México estaría importando 80% de los alimentos que requiere, dijo Manuel Villa Issa, del equipo de transición del presidente electo, Enrique Peña Nieto, en el foro nacional agroalimentario de México 2012-2050.
Para lograrlo se requiere, aseveró, que un solo ente público lo instrumente, pues existen diversas secretarías involucradas en el sector, con lo que se dispersan los apoyos. Pero si bien existe ya el diagnóstico, el problema es cómo se implementan las estrategias para resolverlo.
Manuel Molano Ruiz, director general adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad, llamó la atención de que el problema agroalimentario no se resuelve sólo con inversión, sino con establecer el Estado de Derecho en la propiedad de la tierra.
Las cifras de la alimentación
En último año, México produjo 245 millones de toneladas de bienes agropecuarios y pesqueros.
El valor económico de la producción es de 597,000 millones de pesos.
Hay 6 millones de productores mexicanos.
Deben alimentar a 112 millones de mexicanos.
México está entre los 10 primeros países productores de aguacate, cártamo, papa, cítricos, chile, maíz blanco, mango, guayaba, anís, frijol, caña de azúcar, café, sandía, huevo, pollo y miel.
El sector representa 11% del PIB total de la economía.
En el primer semestre del 2012, el PIB agroalimentario recuperó su dinamismo y creció 4.4% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Se requiere un nuevo marco de política pública.
En el 2011, el PIB agropecuario era de 3.6%; en el 2021, se estima en 5 por ciento.
La población en pobreza alimentaria de México en 1992 era de 21.4%, en el 2010 fue de 18.8 por ciento.
De acuerdo con la OCDE, el Indicador de Apoyo al Productor en México es de 14%, mientras que el promedio de los países integrantes es de 29% y en la Unión Europea de 32 por ciento.
Un nuevo reto es la producción mundial de alimentos, que debe aumentar más de 40% para el 2030 y de 70% para el 2050 (OCDE-FAO Perspectivas 2009-2018).
Es necesario aumentar las inversiones en el sector agropecuario.
Es recomendable que los países se abastezcan internamente, por lo menos en 75% de su demanda total de alimentos.
fuente: viaorganica.org
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