La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) insta a los gobiernos a crear un entorno de inversión favorable para los agricultores. La FAO publicó el pasado 6 de diciembre su más importante informe anual: «El estado mundial de la agricultura y la alimentación en 2012» (SOFA, por sus siglas en inglés). La idea clave de dicho informe es que hay que invertir más y mejor en la agricultura, por ser una de las maneras más eficaces de luchar contra el hambre y la pobreza, al tiempo que se protege el medio ambiente. El informe señala que los más de mil millones de agricultores que hay en el mundo deben ser el eje de cualquier estrategia de inversión en la agricultura, ya que son ellos los mayores inversores de este sector. Pero las inversiones de los agricultores a menudo están limitadas por entornos desfavorables. «Es necesaria una nueva estrategia de inversión que se centre en los productores agrícolas», declaró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva. «El reto radica en orientar la inversión hacia ámbitos donde puedan marcar la diferencia. Esto es importante para garantizar que la inversión produzca elevados rendimientos económicos y sociales y redunde en la sostenibilidad del medio ambiente». Los nuevos datos recopilados para este informe demuestran que los agricultores de los países de renta media y baja invierten más de 170.000 millones de dólares al año en sus explotaciones: unos 150 dólares por agricultor. Esta cifra supone tres veces más que todas las demás fuentes de inversión juntas, cuatro veces más que las aportaciones del sector público y más de 50 veces más que la ayuda oficial al desarrollo que reciben estos países. Invertir en la agricultura es claramente rentable, según el informe de la FAO. Durante los 20 últimos años, por ejemplo, los países que registran las tasas más altas de inversión en las explotaciones son los que más han avanzado en la lucha contra el hambre para reducirlo a la mitad, según el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio. En las regiones donde el hambre y la pobreza extrema están más extendidos —el Asia meridional y el África subsahariana—, la inversión en agricultura se ha quedado estancada o incluso se ha reducido durante tres décadas. «Últimamente se observan signos de mejoría, pero para erradicar el hambre en ésta y otras regiones —y hacerlo de forma sostenible— será necesario incrementar notablemente el nivel de inversión en las explotaciones y mejorar en gran medida la cuantía y la calidad de las inversiones públicas en el sector», según el informe.
Fuente: ibercib.es
© 2024 Creado por AGRO 2.0. Tecnología de
¡Necesitas ser un miembro de AGRO 2.0 para añadir comentarios!
Participar en AGRO 2.0