AGRO 2.0 La ecoagricultura tiene salida

Porque son sanos y seguros. Porque mantienen todos los nutrientes y vitaminas. Porque no llevan productos químicos. Porque no han sido manipulados genéticamente. Y porque recuerdan a sabores y olores casi perdidos. Ésas son las razones que ponen Francisco y Salvador Sánchez Peñalver para consumir productos ecológicos. Ambos son agricultores que, en apenas 16 hectáreas de cultivo ubicadas en una finca de La Puebla, producen más de una treintena de productos que luego distribuyen en una decena de ciudades de España. Pero a pesar de ser, como ellos mismos se califican, unos pequeños agricultores, se han lanzado a conquistar el mercado francés, hasta donde ya dirigen casi gran parte de sus hortalizas y pronto harán lo mismo con el inglés.

La empresa de los hermanos Sánchez Peñalver se llama Antigua Vida Nueva y en su nombre radica su filosofía de trabajo. Éste consiste en un sistema de producción mediante la asociación y el uso de técnicas modernas (respetuosas con la salud y con el medio ambiente), y del rescate de «otras antiguas y auténticas, algunas de ellas ya olvidadas en el tiempo», comenta Francisco Sánchez.
Cambio de mentalidad
La razón de que se hayan abierto mercado fuera de España se debe, principalmente, a que «en otros países de Europa, como Francia, hay otro concepto y mentalidad de lo ecológico más desarrollado que aquí. Los españoles vamos a lo fácil, a lo que nos encontramos en los supermercados; no buscamos una calidad, la misma que dan éstos productos», cuenta el agricultor. Además, Sánchez Peñalver son de los pocos productores del Campo de Cartagena que ya exportan en gran cantidad sin la intermediación de otras empresas.
El 35% de su producción la destinan al mercado español, donde la mayoría de sus clientes son asociaciones de consumidores de Almería, Granada, Madrid, Barcelona, Alicante, País Vasco y Zaragoza.
En la Región de Murcia tienen alrededor de 100 clientes que casi todas las semanas les hacen un pedido, sobre todo de Cartagena, Murcia, Lorca y municipios del Mar Menor. Éstos les llegan a través de internet o vía telefónica, de familias o incluso restaurantes. Cada martes, su almacén se llena de paquetes que son distribuidos en camiones y furgonetas.
«No los llevamos directamente a casa de nuestros clientes, porque entonces no saldría rentable. Los dejamos en un punto de recogida cercano a su vivienda y ellos van allí. El pedido mínimo que exigimos es de diez euros», dice Salvador Sánchez.
Distintivo de calidad
Todos los productos envasados por estos dos jóvenes agricultores son cultivados de acuerdo a la normativa de producción agraria ecológica, que exige el Consejo Regulador de Agricultura Ecológica de la Región de Murcia. Cada producto lleva indicado en su etiqueta 'Agricultura ecológica' (en castellano o en cualquiera de las lenguas de la Unión Europea) y un logotipo o sello que indica la autoridad o el organismo de control que certifica que eso es así.
En su página web se puede encontrar toda la variedad de productos que cultivan en su finca, con la particularidad que en cada uno de ellos aportan una ficha documental con el nombre científico, la procedencia, el tipo de planta y una breve descripción de su fisionomía. Además, a cada artículo le acompaña un consejo culinario, recetas de ensaladas o recomendaciones sobre los usos gastronómicos.
Antigua Vida Nueva produce bróculi, acelga (verde y roja), apio, hinojo, habas, guisantes, cebolla (roja y blanca), col repollo, alcachofa, col lombarda, coliflor, zanahoria, rabanitos, espinacas, lechuga, pimiento, y un largo etcétera de productos saludables.
Para los próximos meses, los Sánchez Peñalver se han marcado dos objetivos. Por un lado quieren ofertar sus productos a trabajadores de grandes empresas, «de más de 150 trabajadores. Así podremos llegar a más clientes y los costes de distribución serán menores», relata Francisco. Por otro lado, a partir del año que viene, con toda probabilidad, comenzarán a producir ya frutas cultivadas por ellos mismos de manera ecológica. «De esta forma, podremos ampliar la gama de productos y los clientes», añade el agricultor.

Fuente: laverdad.es