No hubo ningún tipo de negligencia. La adulteración de carne de vaca con otra de caballo respondía a un fraude masivo perfectamente orquestado y las ventas se realizaron entre el 1 de enero 2011 y el 15 de enero 2013. Es una de las conclusiones a las que han llegado la Agencia de Seguridad Alimentaria Holandesa (NVWA) y la fiscalía del país tras varias semanas de investigación.
"Según nuestras estimaciones, se trata de unas 50.000 toneladas de carne", indicó la NVWA, que añade sin embargo que responsabiliza directamente a una mayorista, Selten, de haberla distribuido por toda Europa.
Alrededor de 370 cadenas comerciales de toda la Unión Europea, principalmente en Alemania, España y Francia, han sido advertidas gracias al Sistema de alerta rápida de alimentos a través de sus respectivos gobiernos, aunque se sospecha que gran parte de la carne ya ha sido consumida. La televisión pública holandesa, NOS, afirma en su página web que esta carne podría haber ido a parar a los supermercados, principalmente en platos congelados. En España, Sanidad ha informado ya a las comunidades autónomas para que informen a las cadenas afectadas, cuyo nombre no es público.
El grupo Selten está compuesto por dos empresas de distribución mayoristas, Wiljo Import and Export y Willy Selten, y está ubicado en la ciudad de Oss, al sureste del país. La fiscalía holandesa ya había anunciado en febrero que realizó un registro en esta segunda compañía, a la que acusa ahora de transformar piezas de caballo proveniente de Holanda e Irlanda en pedazos de carne para después mezclarlas con pedazos de carne de vaca. Luego, la empresa vendía esta mezcla como carne de res pura.
Los exámenes del producto, etiquetado como carne de ternera, apuntan, no obstante, a que el origen de la carne era "poco claro o desconocido". Debido a esto, según dice la NVWA, "la seguridad alimentaria no está garantizada", lo que le obliga a declarar el producto como "no apto para el consumo humano". Eso a pesar de que no hay "indicios concretos" de que exista peligro para la salud pública.
El principal peligro para el ser humano es la fenilbutazona, un antiinflamatorio usado en equinos que no están destinados para el consumo. Al margen de Holanda, los primeros test realizados en la Unión Europea, correspondientes a la Agencia de Seguridad Alimentaria de Reino Unido (Food Standards Agency), y a la espera de que salgan los de España, han revelado ya que en algunos productos comercializados, ahora ya retirados, había más que trazas: hasta un 60% de carne de caballo , e incluso restos de cerdo y cordero, siempre por encima del 1% que marca el umbral a partir del cual se considera que hay una adulteración,
Fuente: eleconomista.es
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