Las zonas más diversas resisten mejor la invasión de taxones invasores, comprobaron los científicos de la Universidad de Guelph durante sus diez años de estudio
Un grupo de investigadores de la Universidad de Guelph, en Canadá, ha descubierto que la variedad de plantas en los campos y los bosques supone un eficaz amortiguador frente a las perturbaciones del ecosistema inducidas por la acción humana, según un estudio publicado en Nature, informa Ep.
Durante diez años, los investigadores analizaron antiguas praderas de pastos en el sur de la isla de Vancouver, un lugar de 10 hectáreas propiedad de Nature Conservancy de Canadá sometido a lo largo de los años a talas de árboles para prevenir incendios.
El equipo quemó de manera selectiva distintas parcelas en la demarcación para comparar el comportamiento de este ecosistema debilitado que «se hundió» y no pudo responder de manera adecuada cuando indujeron fuegos de forma experimental sobre él.
«Solo las zonas donde había más biodiversidad y aún quedaban especies autóctonas pudieron resistir mejor y sobrevivir a esa intervención antropogénica, lo que indicaría que la variedad de flora y fauna es, frente a la homogeneización causada por el hombre, la que permite a los ecosistemas regenerarse tras grandes cambios», explica uno de los autores, Andrew MacDougall, recoge Efe.
Fuente: abc.es
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