Más allá de las actuales restricciones a la exportación, hoy y siempre la Argentina destinó y destina la mayor parte de su producción de carne al mercado interno, pero nadie en la cadena pierde de vista el mercado internacional, en el que el país cuenta con un prestigio aún vigente. Rodrigo Troncoso, director ejecutivo de la Cámara Argentina de Feedlot, dice que la Argentina ya presentó la propuesta para ingresar en la cuota 481, el año pasado, de acuerdo a las exigencias de la Unión Europea, y que ahora la decisión le corresponde a la UE. “En Argentina hay muchos interesados, porque es una alternativa importantísima para todos. Siempre viene bien una posibilidad de negocios más, pero después será una cuestión de precios ver qué se manda y cómo se manda. Además, tenemos una ventaja con los importadores europeos, que conocen la calidad de nuestro producto, y entrar con arancel cero es un plus”, explica. Los requerimientos para exportar carne con la cuota 481, según Troncoso, son alcanzables por la Argentina, porque no difieren demasiado de lo que es la cuota Hilton. “Lo único extra que habrá que hacer es certificar los días de encierre y la dieta”. Alcanza con ver el ejemplo uruguayo para conocer los posibles efectos que tendría para toda la cadena productiva. “Va a dinamizar a toda la ganadería, porque aparece la demanda por un nuevo producto. El engordador podrá salir a comprar terneros no solo para hacer la hacienda liviana para el mercado interno -que vendemos toda junto en el mismo momento del año, con la lógica consecuencia negativa en el precio-, sino también para meterle más kilos al animal y llevarlo a 420”, dice el ejecutivo de los feedloteros. Y agrega: “Es una forma de aumentar la producción de carne y la eficiencia del rodeo. El impacto para la cadena será muy positivo y el precio en el mercado interno no debería verse afectado”.
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