Los gobiernos deben adoptar medidas para garantizar la producción y oferta de los distintos alimentos agrícolas que permitan mantener alimentada a la población.
La necesidad de adoptar nuevas estrategias que permitan aumentar la producción agrícola en el mundo es imperante. Los datos de que hacia el año 2050 habría alrededor de 9 mil millones de personas para alimentar deben llamar la atención de todos quienes de alguna manera tenemos que ver con el desarrollo y crecimiento de la agricultura en el contexto mundial. Para alcanzar estos objetivos y lograr la seguridad alimentaria en el planeta se requiere del desarrollo de proyectos con innovación que permitan mitigar los efectos generados por fenómenos como el cambio climático que amenaza con reducir significativamente la producción de alimentos poniendo en riesgo la comida para gran parte de la población y dejando como consecuencia un aumento en los niveles de pobreza.
Es claro que los planes deben estar encaminados a lograr una seguridad alimentaria sostenible que asegure el suministro de alimentos, no solo para las generaciones actuales, sino para las que están por venir, a quienes se les debe garantizar una vida sana mediante el consumo de productos saludables.
Los programas de inversión en la agricultura deben aumentarse y diversificarse con el fin de obtener productos que sean rentables y que, además, ayuden a cuidar el planeta, un esfuerzo que tanto agricultores como proveedores debemos emprender.
La degradación de los suelos, la escasez de agua y el calentamiento en el cual la agricultura tiene un impacto del 30 por ciento, son tres factores que tomarán fuerza en el futuro y que requieren desde ya fórmulas que permitan mitigar sus efectos.
La población mundial sigue aumentando, lo que trae consigo un cambio de hábitos de consumo en países como China y la India hacia más proteína animal, aumentando significativamente la demanda de alimentos y, al no haber mayor oferta, el precio de los mismos tendrá una presión a incrementarse en detrimento de sectores sociales con menor poder adquisitivo, por lo que se hace necesario que los gobiernos adopten para sus países medidas tendientes a garantizar la producción y oferta de los distintos alimentos agrícolas que permitan mantener alimentada a la población.
Alrededor de un billón de personas sufren de hambruna en el mundo y la mitad son campesinos. La desnutrición impide severamente el desarrollo humano y económico (tres cuartas partes de los pobres viven en zonas rurales principalmente dependiendo de la agricultura para su sustento), razón por la cual podemos decir que la agricultura es la actividad que mejor puede subsanar los problemas sociales básicos del mundo.
Con este panorama, en la lista de prioridades tanto públicas como privadas debe estar el incremento de la producción agrícola en por lo menos un 20 por ciento, la reducción del impacto ecológico en otro 20 por ciento y la disminución de la pobreza rural en un porcentaje similar. Bajo esta perspectiva, tenemos que actuar unidos, con velocidad y a gran escala, con la colaboración de agricultores, sector privado, Gobierno y sociedad civil.
Fuente: portafolio.co
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