En base a la propia química de las plantas
Una empresa de agro-tecnología israelí ha creado una nueva solución para disminuir el uso de plaguicidas químicos en las frutas y verduras: rociar con aceite vegetal para combatir las plagas.
Tamar-Tech, de la empresa Agro Shelef, es un sistema de control de plagas en las plantas, que consiste en una mezcla de aceites que contienen elementos de protección natural de la planta. Estas emulsiones se pulverizan sobre las plantas en invernaderos o en los campos.
“Usamos la capacidad de lucha natural de las plantas contra las plagas para crear Tamar-Tech,” explica Almog Yaish, vocero de la empresa Agro Shelef. “Para poner un ejemplo extremo, los melocotones contienen cianuro en sus hoyos. Esto se debe a que han evolucionado para protegerse contra las amenazas como las ardillas. También lo hacen otras plantas y frutas, que contienen muchas maneras de bloquear a sus enemigos-”.
Reducir el uso de los productos químicos hasta en un 80%
“Hemos recogido básicamente un montón de diferentes aceites y productos químicos de diferentes plantas, y analizamos lo que cada uno hizo. A continuación, hemos creado una fórmula que equilibra las diferentes acciones “, explica Yaish. “Una ventaja clave de la utilización de aceites vegetales es que las plagas no pueden desarrollar fácilmente una resistencia contra ellos”.
Las emulsiones pueden tanto parar físicamente las plagas, al actuar como un veneno (que no es perjudicial para los seres humanos), así como disuadir a que se acerquen a las plantas.
Según Agro Shelef, esta delgada capa, simplemente se puede enjuagar con agua por parte de los clientes. Agro Shelef cree que con Tamar-Tech el potencial de reducir el uso de pesticidas químicos es de hasta un 80 por ciento.
“Nuestro mayor reto ha sido partir de una pequeña empresa en una industria llena de gigantes. La industria de los plaguicidas es similar al de la industria farmacéutica: grandes empresas con grandes presupuestos. Y nadie pone en duda la eficiencia y la naturaleza de sus productos “, explicó Yaish, y agregó: “Tuvimos que ir a convencer a los agricultores, mostrándoles el producto en acción. Casi siempre se sorprenden al ver que un producto natural puede ser tan eficiente. En el desierto del Néguev hemos logrado entrar en la creciente industria de tomate, y estamos teniendo un impacto real y medible de la reducción de la cantidad de productos químicos que los consumidores israelíes ingieren”.
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