Melones blancos de sabor muy dulce semejantes a huevos de dinosaurio, pimientos morados o pepinos con forma de sandía, son las novedades de la última feria agrícola, Desertech, celebrada en el desierto israelí de Arava, donde viven 800 familias dedicadas a la agricultura más innovadora.
Allí acuden representantes de industrias y expertos israelíes en agro-tecnología, que trabajan en campos tan diversos como la agricultura en invernaderos, sistemas de irrigación, I+D o gestión de aguas.
El certamen de este año se ha centrado en el cultivo en condiciones desérticas, logrando una variada gama de productos, como el cultivo de corales y peces tropicales en invernaderos, el desarrollo de plantas y algas medicinales o la aplicación de la tecnología genética para nuevos cultivos.
Como plato fuerte de la edición destacan pimientos y tomates ricos en antioxidantes y vitaminas, berenjenas que absorben menos aceite y hortalizas que requieren menos fertilizante. Otra de las estrellas es una espinaca de grandes hojas que aporta más cantidad de ácido fólico, fibra, vitaminas y calcio que las tradicionales.
Pero sin duda, los más valorados han sido el pepino con forma de melón y cultivado en invernadero, con un aroma único, al que se suma el “huevo de dinosaurio”, un melón blanco muy dulce y crujiente.
Israel es uno de los países punteros en el mundo en la industria agro-tecnológica y en la actualidad alrededor de 800 familias viven en la zona desértica de Arava de la industria agrícola, incluido el cultivo de peces en piscifactorías o de cultivos biológicos.
En el desierto de Arava se cultivan unas 4.000 hectáreas de terreno que producen 150.000 toneladas de vegetales, principalmente tomate y pepino. Estos productos son exportados a Europa, EEUU y Rusia, y constituyen en torno al 60 por ciento del total del volumen de exportación de verduras frescas de Israel.
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