De acuerdo con los pronósticos de cambio climático, en México y en Michoacán se espera un aumento de la temperatura acompañado por una disminución gradual de la cantidad de lluvia que, combinados, producen un aumento en el índice de aridez.
Dentro del escenario de cambio climático se pronostica que en México la superficie para cultivo de maíz clasificada como marginalmente apta será la que mayor superficie ocupe para el año 2050, y puede llegar a ser hasta casi del 44 por ciento. Asimismo, se estima que para el 2080 la producción agrícola disminuirá entre un 5 y un 30 por ciento, y un promedio de reducción de 10 por ciento para África y Latinoamérica.
En el occidente de México ya se detectó una disminución en la cantidad de lluvia y en la duración de la temporada de lluvias, así como en la superficie con potencial para producción de maíz. Una de las alternativas para enfrentar el mayor índice de aridez es cambiar las actuales variedades tardías de maíz por otras precoces; es decir, variedades que tangan un ciclo de vida más corto.
En el suroeste de la Ciénega de Zacapu, aprovechando la humedad residual, se siembran actualmente en los meses de marzo y abril maíces tardíos de alto rendimiento, pero a futuro el cambio a variedades precoces será obligado por la reducción de la estación lluviosa y la precipitación pluvial. En el noreste de la misma región se siembran maíces precoces al inicio de la temporada de lluvias.
Un equipo de investigadores de la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), ha evaluado colectas de materiales criollos provenientes de dicha zona y ha seleccionado diez de ellas por sus rendimientos superiores al promedio pero inferiores al de las variedades tardías. Este último hecho puede compensarse parcialmente con la introducción de material genético externo (heterosis), con lo que se pueden mejorar uno o más caracteres genéticos al cruzar cualquier par de materiales de origen diferente. Se han realizado cruzamientos entre ellas y se encontraron pocos casos de heterosis de baja magnitud, atribuibles a la influencia de un ambiente menos favorable.
Una reducción adicional en la duración del ciclo de vida se puede conseguir incorporando genes por medio de retrocruza, al cruzar maíces seleccionados con alguno de sus abuelos. Hasta el momento, se han logrado cruzamientos entre las colectas seleccionadas y un maíz con ciclo de vida 15 días menor al promedio. El paso siguiente es retrocruzar hacia los locales para tener 75 por ciento de genes nativos y luego hacer recombinación por tres años para integrar los materiales en una sola población, y en seguida comenzar a hacer una selección en función de lo corto de su ciclo y comportamiento agronómico general, sin recurrir a la manipulación genética (transgenia).
Otro problema que se presenta es el incremento de eventos meteorológicos extremos por la mayor fuerza de los huracanes y tormentas tropicales. Parte del daño causado en los cultivos de maíz es el acame o derribo de las plantas. Al realizar cruzamientos entre las colectas seleccionadas, se obtuvo un maíz de porte muy bajo, tallo flexible y hojas muy resistentes a la ruptura, por lo que ahora se evalúan las cruzas. En 2013 iniciará el proceso de retrocruza con las mejores de ellas.
Fuente: lajornadamichoacan.com.mx
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