El Colegio de Ingenieros Agrónomos de Andalucía cree que el regadío y las mejoras tecnológicas en la agricultura son fundamentales para garantizar el suministro y la seguridad alimentaria en el futuro. Las dotaciones de agua deben darse con criterios agronómicos, hacerse un control efectivo de las superficies y cultivos en riego. El Colegio de Ingenieros Agrónomos de Andalucía ha colaborado en el VIII Symposium del Agua en Andalucía (SIAGA), que se está celebrando en Cádiz.
La producción mundial de alimentos deberá incrementarse más del 70% antes de 2050, según la FAO, para abastecer a una población mundial creciente, con más de mil millones de personas desnutridas, según explicó Andrés del Campo, presidente de FENACORE (Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España) en la Conferencia “Agua y Producción de Alimentos”, cuya sesión vespertina ha sido coordinada por el Colegio Oficial de Ingenieros de Agrónomos de Andalucía.
La superficie de uso agrario en España es de 42,7 millones de hectáreas, lo que representa casi un 85% del territorio nacional. De esta superficie, 15,6 millones de hectáreas están ocupadas por montes arbolados y 6,6 millones son prados y pastizales. Como tierras de cultivo se utilizan 20,4 millones de hectáreas, de las cuales 17,1 millones se cultivan como secano y 3,3 millones se dedican a tierras de regadío, de las que 0,9 millones son regadas con aguas subterráneas, y las restantes con aguas procedentes de cauces superficiales.
El regadío español es el uso que más agua demanda: 19.034 hm3/año, si hasta hace unos años representaba casi un 80%, estudios realizados recientemente afirman que la demanda agraria está disminuyendo y hoy puede ser del orden del 63%. En la actualidad, la disminución de la superficie regada por gravedad ha sido importante, pues, del total de las hectáreas regadas en España, sólo 1.031.669 se lleva a cabo mediante el sistema de superficie, 783.487 mediante aspersión y automotriz y 1.658.317 mediante modernos sistemas de riego localizado.
Irene Fernández, Pilar Montesinos, Juan Antonio Rodríguez, Emilio Camacho y Julio Berbel, de la Universidad de Córdoba, han destacado tres grandes conclusiones en la ponencia “Los efectos de la modernización de regadíos en el uso del agua y de la energía en las Comunidades de Regantes”: por una lado, la reducción del volumen de riego suministrado en las Comunidades de Regantes modernizadas debido a la mejora de la eficiencia en la distribución y aplicación del agua; el incremento considerable del coste del agua, motivado especialmente por los mayores costes energéticos como consecuencia de la operación de los nuevos sistemas a presión y del aumento del precio de la energía; y por último, la evolución hacia cultivos de más valor económico, pero más demandante de agua, que puede motivar una mayor pérdida de agua neta en la cuenca.
Fuente: agroterra
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