Un consorcio científico compuesto por expertos de las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y de Arizona (UA) ha encontrado la manera de combatir las plagas que han desarrollado resistencia a las plantas biotecnológicas, a través de cambios en las toxinas Bacillus thuringiensis (Bt) empleadas en este tipo de vegetales.
La evolución de las plagas que afectan a las plantas biotecnológicas ha provocado que científicos de todo el mundo busquen nuevos biopesticidas que mantengan el control de los insectos bajo los mismos principios de la biotecnología lograda mediante las toxinas Bt.
“Estas toxinas sólo matan a un tipo de insectos que tienen el receptor adecuado en su intestino. Esa es una de las razones por las que las toxinas Bt son amigables con el medio ambiente en el control de plagas”, señala Bruce Tabashnik, investigador de la UA, quien trabaja con Alejandra Bravo y Mario Soberón, del Instituto de Biotecnología de la UNAM, campus Morelos, en dicha investigación.
Uno de los mecanismos de resistencia más común se presenta en las mutaciones de proteínas receptoras de las toxinas llamadas cadherinas. Los expertos habían hallado anteriormente que la unión de esta proteína era importante para que las toxinas hagan un preporo en el intestino del bicho para matarlo finalmente. De esta forma, desarrollaron toxinas que pueden formar este preporo en ausencia de la cadherina.
En este sentido, de acuerdo con Mario Soberón, sus estudios comprobaron que las toxinas Cry del Bt modificadas pueden abatir la resistencia no sólo en la cadherina, sino en otros mecanismos de resistencia de los insectos.
En las pruebas iniciales, los investigadores encontraron que las toxinas modificadas eliminaban a las orugas del gusano del tabaco, donde su producción de cadherina era bloqueada con una técnica llamada “interferencia de RNA”. También hallaron que era efectiva contra el gusano rosado, que ya había reportado resistencia a los bioplaguicidas.
Esos experimentos hicieron hipotetizar que todos los insectos con mutaciones en sus receptores de cadherina como mecanismo de resistencia, podrían ser eliminados con las toxinas modificadas. Pero los resultados también sorprendieron a los científicos, puesto que encontraron que estas toxinas perdían su acción en insectos que no son resistentes a las proteínas Cry del Bt.
El científico de la UNAM explica que los insectos son naturalmente susceptibles a las toxinas Bt, que perforan su intestino, pero como cualquier organismo, cuando tienen una presión de selección, evolucionan.
“Esta presión ha crecido porque tan sólo el año pasado se sembraron 66 millones de hectáreas de las plantas transgénicas que expresan la toxina Bt. Una superficie importante, por lo que los insectos están presionados para generar resistencia”.
Actualmente hay al menos seis ejemplos de diferentes insectos resistentes a las toxinas Cry de las plantas transgénicas Bt. Entre estas el gusano cogollero (principal plaga en cultivos en México que en Puerto Rico demostró resistencia), el gusano rosado y la palomilla dorso de diamante.
De acuerdo con Soberón Chávez, la resistencia de insectos aún no ha dado problemas serios en los cultivos, pero ya se han identificado en países que son importantes productores como China, India y Sudáfrica.
Fuente: elimparcial.com
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