La evolución de esta plaga clave en el cultivo de soja, podría citarse como uno de los "leading case" de los cambios de importancia como plaga.
Las poblaciones plagas de los cultivos extensivos están reguladas por factores bióticos y abióticos. Entre los bióticos se puede señalar a la fauna benéfica como supresores naturales de las poblaciones plagas ya que se alimentan de éstas, en beneficio de la producción de los cultivos. Asimismo, la abundancia de benéficos está en directa interrelación con el cultivo: sus características varietales, condiciones de desarrollo, planteo y manejo agronómico del mismo como espaciamiento entre hileras, rotaciones de cultivos, presencia de malezas y de hospederas cultivadas favorables a la/las plagas, etc. Es decir, la fauna benéfica en interrelación con todo el agroecosistema biológico.
Dentro de los factores biológicos que inciden sobre las regulaciones de plagas, también está el hombre a través de sus intervenciones químicas. Dichas intervenciones con el afan de "proteger al cultivo" frente a las plagas -debido a frecuentes tratamientos imbuidos de cierto grado de irracionalidad- muchas veces en lugar de actuar de manera compatible con los benéficos, se traducen en efectos no deseados al limitar o eliminar los enemigos naturales presentes, dejando al agroecosistema sin sus defensas naturales al “liberarlo” de poblaciones de benéficos. Ello se traduce en el corto plazo en la resurgencia de la plaga que se intentó controlar, o bien facilita el incremento poblacional de otras especies perjudiciales que en el agroecosistema se encontraban sólo como plagas potenciales.
Efecto de hospederas favorables
La evolución de la isoca bolillera H. gelotopoeon, plaga clave en el cultivo de soja, podría citarse como uno de los "leading case" de los cambios de importancia como plaga, desde que la soja comenzó a tener fuerte expansión como cultivo extensivo a comienzos de los 70´ en Argentina. La isoca bolillera fue plaga importante del cultivo en la región pampeana durante la década del 70 y hasta mediados de los 80´, debido fundamentalmente a la presencia en dicho período de una gran superficie cultivada con una hospedera que favorecía mucho el desarrollo de sus generaciones durante gran parte del año: alfalfares puros y en pasturas perennes. Esa situación, caracterizada por la amplia disponibilidad de lotes con la mencionada forrajera leguminosa, casi inexistente en las últimas décadas, era complementada en los 70´ por otra hospedera, cultivada en invierno-primavera, la cual también favorecía sustancialmente el desarrollo de la isoca bolillera: el lino.
Este cultivo industrial fue muy sembrado por entonces fundamentalmente en el núcleo pampeano, cuya plaga principal era la isoca bolillera, plaga clave en la producción. En aquellos años la isoca bolillera –su nombre deriva de su alta preferencia para alimentarse de las bolillas o cápsulas del lino– producía gran impacto en soja como cortadora de tallos y pecíolos, así como por los daños en inflorescencias, vainas y granos. La subsiguiente y drástica disminución, prácticamente erradicación, tanto del cultivo de lino como de una gran superficie alfalfera en la región pampeana, proceso consolidado en la década del 80, trajo aparejada la virtual desaparición de la isoca bolillera como plaga del cultivo de soja. Por tal motivo, pasaron más de 20 años sin que H. gelotopoeon mereciera la atención del productor sojero debido a la ausencia de su impacto económico sobre la producción de esta oleaginosa. Es más, por tal razón esta especie de lepidóptero era desconocida por la gran mayoría de los productores sojeros argentinos del nuevo siglo.
Efecto de factores abióticos
No solo las hospederas adecuadas, la intervención del hombre, y la fauna benéfica en directa interrelación en el agroecosistema sojero tienen marcada influencia sobre el desarrollo de las poblaciones de la isoca bolillera. También es conocida la gran importancia de los factores abióticos, como lo son ciertas condiciones climáticas que estimulan o favorecen el desarrollo y explosión de determinadas plagas. Ejemplo de ello, entre muchos, resulta impensado que se presente como plaga el “Elasmo”, Elasmopalpus lignocellus, sin que exista un período previo y prolongado de sequía.
Sin embargo, la mayoría de las plagas están asociadas de manera diferente a tal o cual condición climática; es decir, que en muchos casos no es tan fuerte ni tan evidente la asociación entre el incremento de una plaga y un determinado parámetro abiótico. Sin llegar al nivel de asociación que tiene la mencionada plaga (Elasmo) con un parámetro climático, el cual resulta determinante o excluyente para el desarrollo de la misma, la isoca bolillera H. gelotopoeon también es favorecida por factores abióticos como una prolongada sequía primavero-estival. Tal es así, que después de mucho tiempo sin aparecer como plaga en la soja pampeana, volvió a irrumpir en este cultivo, y de manera explosiva, como consecuencia de condiciones climáticas caracterizadas por la falta generalizada de lluvias y altas temperaturas durante la campaña 2008/09.
Estas condiciones de sequía en suelo y ambiente registradas en toda la región pampeana desde la salida del invierno, y agravadas en primavera-verano durante dicha campaña, se tradujeron en la sequía más intensa de los últimos 50 años que se tenga registro para la zona central del país (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa), principal región productora de soja, el cultivo más sembrado de la Argentina. La gran sequía del ciclo agrícola 2008/09, extendida en tiempo y espacio dentro de la región pampeana argentina, se constituyó en el factor desencadenante para el desarrollo inicial, y posteriormente de manera explosiva, de la temible isoca para el cultivo de soja conocida como isoca bolillera.
La significativa aparición de esta plaga, y el riesgo sobre su crecimiento exponencial, se reflejó a comienzos de la citada campaña sobre el cultivo de arveja. Adicionalmente la continuidad y profundización de la sequía, sobre más de diez millones de hectáreas sembradas con soja en la región granaria por excelencia de la Argentina, indujo a un rápido incremento poblacional de la isoca bolillera, afectando al cultivo prácticamente desde el inicio de su ciclo agronómico a través de generaciones superpuestas que impactaron fuertemente sobre la producción de la oleaginosa.
El gran impacto de la plaga fue debido tanto a las altas densidades poblacionales de la misma, como al desconocimiento sobre su manejo y control que por entonces tenían la mayoría de los usuarios, técnicos y productores. En dicha campaña, las poblaciones de H. gelotopoeon se incrementaron varios cientos de veces respecto de los muy escasos individuos registrados en trampas de luz en años anteriores, según estudios de seguimientos poblacionales de lepidópteros adultos que se conducen a través del Sistema de Alerta por plagas implementado en toda la región pampeana.
Qué podríamos tener por delante?
Si ensayáramos una visión prospectiva sólo en base a presencia o no de sequía, de continuar presentándose las condiciones pronosticadas correspondientes a un año “niño” para la campaña sojera 2012/13 se podría presumir, quizás erróneamente, que no habría una presencia significativa de H. gelotopoeon en la región pampeana durante el ciclo del cultivo a punto de iniciarse. Sin embargo, seguramente que las "poblaciones residuales” de la plaga en muchas zonas de esta gran región, producto de moderadas a altas poblaciones al final de la campaña anterior (ver tabla), tendrán su “efecto derrame” hacia comienzos de la actual campaña de soja (2012/13), con impacto al menos moderado sobre el cultivo.
En adición, se debe tener en cuenta que aquellas zonas con cierta densidad de cultivos leguminosas como arveja y fundamentalmente en las que haya cultivos de garbanzo –este año con una siembra inicial pero significativa de este nuevo cultivo– hacen presumir que estas hospederas funcionen de manera favorable sobre el desarrollo y posterior impacto de la isoca bolillera en soja. Concluyendo en la prospectiva, pareciera ser que la sequía tan intensa y generalizada ocurrida en el ciclo agrícola 2008/09 ha desencadenado un nuevo ciclo, de una cierta cantidad de años aún a futuro, con presencia de bolillera como importante plaga del cultivo de soja; cuyos niveles interanuales e incidencia sobre el cultivo tendrán alternancias de efectos moderados, leves y altos. Ello dependerá principalmente de las condiciones climáticas imperantes, el incremento o no de otros cultivos hospederas favorables a su desarrollo, así como de la intervención del hombre como elemento disturbador o protector del agroecosistema a través del manejo que éste adopte a fin de minimizar el efecto de las plagas.
Fuente: ON24
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