AGRO 2.0

AGRO 2.0 INTERNACIONAL: Agricultura convencional y agricultura sustentable

Aquella agricultura se basó en innovaciones tecnológicas producto del el ingenio humano, algunas de ellas como las chinampas y las terrazas nos indican que es posible producir bienes agrícolas, en particular alimentos, sobre una zona lacustre o de relieve accidentado, creando suelos para el establecimiento de cultivos donde las condiciones físicas son limitantes. Considerando las prácticas en que se basó dicha agricultura podría decirse que era orgánica, en las condiciones en que desarrolló la producción de maíz, frijol y otros bienes alimenticios generados en esa época eran productos sanos.

Pero esta actividad, como otras que desarrolla el hombre, ha evolucionado hasta convertirse en una agricultura dependiente de la industria, ya que los insumos y equipamientos que utiliza se obtienen de procesos industriales, cuya aplicación de la mano de la especialización misma del trabajo humano, ha posibilitado un aumento en la productividad agrícola para satisfacer la demanda de alimentos y materias primas que requiere la población o la misma industria para generar subproductos derivados de los bienes agrícolas.
Es a mediados del Siglo XX cuando ocurre una segunda revolución agrícola al aplicarse conocimientos científico-técnicos especializados en los procesos de producción agrícolas teniendo como eje el mejoramiento genético para obtener variedades e híbridos, cuyo cultivo también requirió la aplicación de paquetes tecnológicos que posibilitaron multiplicar los rendimientos. De esa manera, la investigación agrícola innovó las diferentes prácticas agrícolas en el proceso productivo cuyos resultados produjeron la llamada "revolución verde", paradigma en que se sustentó la modernización de una gran parte de la producción agrícola en el planeta.
Esta revolución agrícola tuvo también en nuestro país resultados reveladores a través de la Oficina de Estudios Especiales (OEE) que la Fundación Rockefeller estableció aquí en 1943, misma que originó que uno de sus investigadores sobresalientes, Norman Borlaug, ganara el Premio Nobel de la Paz por su contribución a la producción de alimentos, oficina que posteriormente se fusiona con el Instituto de Investigaciones Agrícolas (IIA) que el gobierno mexicano creo con fines similares a la OEE para dar origen al Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), hoy Inifap.
La agricultura derivada de la revolución verde actualmente también se le identifica como agricultura convencional, misma que si bien produjo resultados espectaculares como sucedió inicialmente en cultivos como el trigo y posteriormente en otros cereales, pero también en hortofrutícolas, oleaginosas y forrajes, a fines del siglo pasado fue cuestionada por sus sesgos sociales e impactos ambientales.
Por sus características de basarse en un uso intensivo de tecnología y capital y con una orientación centralmente comercial, sea para el mercado interior, pero sobre todo los que se dedicaron a la exportación; constituye una tipo agricultura que se desarrolló principalmente en los distritos y unidades de riego o en zonas buen temporal, con resultados de menor impacto en las zonas tropicales y de regular a mal temporal, por lo que posibilitó el crecimiento de cultivos de mayor valor comercial y de productores agropecuarios empresariales, sobre todo los grandes y en menor escala los pequeños, es decir, socialmente generó beneficios mayores para los estratos más acomodados del sector.
Pero también es un tipo de agricultura que contribuyó a ampliar los disturbios ambientales al ejercer una cada vez mayor presión sobre los recursos naturales; el uso intensivo de fertilizantes sintéticos y agroquímicos como insecticidas, pesticidas, fungicidas y otros productos industriales con alto contenido de substancias tóxicas, han provocado fuertes impactos en los suelos, el aire y el agua, sea disminuyendo su fertilidad a través de procesos de salinización u otras formas de contaminación, extracción de volúmenes mayores a los disponibles en los cuerpos de agua dulce, sobre todo en los acuíferos, y otros fenómenos que aún presentan secuelas en la salud ambiental y de la misma población.
Sin embargo, esta agricultura convencional no es sólo una forma de producir, sino una actividad en torno a la cual se han creado complejos de empresas y corporativos agrocomerciales y agroindustriales que la han convertido en negocios que generan empleos y ganancias, en ella se ha basado gran parte de políticas públicas como la crediticia, de subvenciones y otras acciones gubernamentales que la fomentan, además, tanto la investigación y educación agrícola se han desarrollado con base a este paradigma que abarca ya varios cohortes generacionales de profesionales de la Agronomía. En menos de medio siglo dominó el espectro la producción agropecuaria y se volvió una cultura asociada a esta que involucra a los mismos productores que a ella se dedican.
Reorientar los sesgos sociales o los impactos ambientales que ha generado la agricultura convencional es un ejercicio que quizá llevará varias generaciones, reto importante si se lleva a cabo sin afectar la capacidad productiva del sector, el cual, sin embargo, es necesario porque ya expresó sus límites y se viene convirtiendo en una actividad antrópica no sustentable, es decir, con un futuro restringido.

Fuente: elsiglodeltorreon

Visitas: 21

Comentar

¡Necesitas ser un miembro de AGRO 2.0 para añadir comentarios!

Participar en AGRO 2.0

Automatic translator

AGRO 2.0

Miembros

Visitas (desde 24-04-12)

Distintivo

Cargando…

© 2024   Creado por AGRO 2.0.   Tecnología de

Emblemas  |  Reportar un problema  |  Términos de servicio