Una de las alternativas para combatir a la mitad la pobreza en la ciudad y mejorar la alimentación de la población en zonas marginadas además de contribuir al medio ambiente, es la construcción de huertos urbanos en las viviendas.
Con este tipo de agricultura urbana la población podría tener a la mano alimentos como chile, tomate, cebolla, cilantro, lechuga, rábanos, calabacitas, apio, pepinos y papas, con el hecho de regar y dedicarle tiempo a su plantío.
José Efrén Becerra, ingeniero agrónomo, explicó que en Ciudad Juárez habitan mas de un millón 300 mil habitantes de los cuales 534 mil están en la línea de la pobreza ya que su alimentación es cuestionable en términos nutricionales.
“Una buena solución a este tipo de problemas sería incentivar con la cultura de los huertos urbanos ya que con esta acción además de generar los propios alimentos básicos para una buena alimentación se producirían nuevos empleos y serviría como terapia ocupacional para personas de la tercera edad o con alguna discapacidad”, dijo.
Juárez tiene un bajo consumo de verduras ya que al año una persona ingiere 56 kilogramos, cifra que puede aumentar si se practica la agricultura urbana dentro de los hogares ya que estos llegan a producción más de cinco kilogramos de hortalizas por metro cuadrado.
¿Cómo realizar un huerto urbano?
El empezar un huerto urbano desde el hogar es una tarea muy fácil ya que el espacio que se requiere es poco.
Un metro cuadrado sirve para iniciar con la siembra de distintas verduras como chile, tomate, cebolla y otras legumbres.
La tierra se puede cambiar por compostas las cuales se pueden realizar con desechos orgánicos que son utilizados en las casas como cáscaras de naranja, huevo, plátano y otros.
El procedimiento es fácil sólo se juntan los desechos para revolverlos con agua y estiércol de vaca y después dejarlo reposar unos días.
Después de que la composta queda elaborada se procede a distribuirla por el espacio el cual puede ser de un metro cuadrado, diez o más cuando ya esta lista se comienza a plantar la semilla de verdura que se va a sembrar, después de un mes esta queda lista requiriendo un riego de una o dos veces por semana hasta que comienza a salir.
Con esta acción se le estaría dando un uso racional a la flora, el suelo y subsuelo de la región ya que se comenzaría a construir una ciudad sustentable.
Países como Cuba realizan esta actividad como una manera de sustentabilidad ya que al año llegan a producir mas de 140 mil toneladas de hortalizas en espacios que van desde los tres a 12 metros cuadrados por vivienda.
“El realizar una composta o un huerto urbano es una tarea muy fácil ya que no se necesita mucho espacio, sirve como terapia y mejora la condición alimenticia de las personas, se puede realizar con compostas o tierra es una sencilla tarea que sólo requiere tiempo y dedicación no contamina, reduce el uso de insecticidas por lo que se le da un buen uso al suelo”, mencionó Miguel Ángel Viveros, ingeniero agrónomo.
Si el espacio de la vivienda es poco existe otro método el cual se le nombra siembra en vertical en donde sólo se requieren bolsas de plástico, botellas compostas, tierra y las plantas o semilla de lo que se desea crear.
El procedimiento para realizar esta siembra consiste en poner dentro de una botella de plástico la tierra o la composta, después sembrar la raíz de la planta o la semilla y dejarlo crecer hacia arriba.
Este tipo de huertos se utiliza cuando los espacios en las viviendas son reducidos por lo que se puede sembrar toda clase de hierbas medicinales, hortalizas y platas.
Los huertos verticales de hortalizas permiten una buena circulación del aire dentro de las plantas además de contar con protección contra las plagas y enfermedades así como también una baja incidencia en la aparición de malezas.
Con ello se le da un uso eficiente al espacio ofreciendo un mayor número de plantas en una superficie pequeña además de adelantar la época de cosecha ya que en cualquier época del año se pude sembrar debido a la baja manutención que estas requieren.
Al igual que los huertos urbanos este tipo de agricultura puede ser tratada por niños, adultos mayores y personas con discapacidad ya que son fáciles de realizar además de brindar un alto nivel estético.
“Dentro del Club Campestre Juárez se tiene un huerto vertical en donde se aprovecha la composta que sobra la cual se utiliza para mejorar el suelo de los campos, en los huertos verticales tenemos en crecimiento hortalizas como cebollín, cilantro, orégano y otras especies que sirven para los alimentos que se venden en el restaurante del club, es una buena idea porque en realidad el espacio que se utiliza es poco y generan gran cantidad de verduras que son cien por ciento sanas ya que no tienen uso de fertilizantes”, agregó Viveros.
Los pedazos de fierro, de PVC, botes y bolsas de plástico sirven para realizar esta actividad la cual permite el crecimiento de 40 plantas por línea.
¿Qué se necesita para que esta actividad se aplique en la ciudad?
La agricultura urbana servirá como el parteaguas para que las familias tengan una alimentación balanceada además de mejorar la economía de la ciudad.
Para el ingeniero José Efrén Becerra la cultura de este tipo de agricultura está desde las escuelas en donde se debe de impartir políticas urbanas en donde se le explique al alumno la importancia del cuidado del medio ambiente.
“Las familias destinan la mitad de su sueldo a los alimentos pero de ellos la mayoría son alimentos chatarra u otro tipo de lujos que no enriquecen su dieta nutricional, lo que se debe de hacer es que dentro de la comunidad urbana se comience a impartir la cultura de la agricultura como en las comunidades rurales donde las mismas familias crean su alimento y la economía la utilizan para abastecer necesidades como salud, espacios y vestimenta”, agrego.
Con esta acción se ofrecería una reestructuración al tejido social ya que se generarían empleos debido al enfoque organizacional que éste requiere.
Para que esto sea una realidad se necesita capacitar a las familias para que estas estén consientes de que la agricultura urbana es una alternativa a la pobreza además de ser un medio meramente ocupacional.
Esta actividad va dirigida principalmente a la población más vulnerable la cual no cuenta con los ingresos suficientes para comprar las hortalizas que una dieta alimentaria básica requiere.
¿Quiénes realizan esta actividad?
Escuelas como el Conalep II y la UACJ, centros comunitarios y algunos clubes de la ciudad ya comienzan a utilizar este tipo de agricultura donde las mismas personas realizan el trabajo.
Dentro del Conalep II se cuenta con un vivero en cual nació hace tres años como parte de las actividades que los alumnos desarrollaron en el programa de talleres Construye-T.
En el los alumnos de tercero y quinto semestre de todas las carreras sembraron acelgas, apio, cilantro, rábanos y zanahorias dentro de un espacio de 10 metros.
“Los alumnos lo crearon es muy satisfactorio ver todo lo que la tierra nos dio, de lo que se sembró se logró recolectar muchos kilos de hortalizas que los mismos alumnos se llevaron a sus casas donde ellos mismos dentro de ellas comenzaron a realizar los huertos como una manera de enseñarles a los padres lo que significa el cultivar de una manera sana y fácil”, mencionó el director del plantel, Armando Sánchez.
El beneficio que esta actividad traería a la ciudad no sólo sería económico ni nutricional sino también ambiental ya que se ahorraría el uso de fertilizantes químicos, se trabajaría el suelo de una manera sana lo que permitiría una buena oxigenación además de generar áreas verdes dentro de los patios de las viviendas las cuales actualmente se ven secas y sin vida.
“Ésta es una actividad que no genera desventajas al contrario dentro de un tiempo determinado se comienzan a ver los beneficios de esta actividad ya que se generan ingresos extras a las familias si estas lo aprovechan y comienzan a vender las hortalizas sobrantes a familias, vecinos y amigos”, comentó Becerra.
El ingeniero agrónomo mencionó que lo ideal sería que los lotes baldíos de la ciudad se presenten a las familias de escasos recursos las cuales no cuentan con un espacio suficiente para sembrar ya que con ello además se brindaría una buena imagen a la ciudad.
Hasta el momento esta actividad se realiza en muy pocos lugares ya que la comunidad aún no conoce los beneficios que genera y el ahorro que se podría tener con la aplicación de los huertos urbanos.
Fuente: nortedigital.mx
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