El reporte de Perspectivas Económicas Globales del Banco Mundial indica, entre otras conclusiones para el 2013, que los precios agrícolas se reduzcan ligeramente debido a la aún existente tensión financiera en Europa.
Se espera que los precios de los alimentos y bebidas se reduzcan 3.2 y 4.7%, respectivamente, y el precio de los fertilizantes 2.9 por ciento. Sin embargo, la organización expone que el mayor riesgo para el cumplimiento de estos pronósticos es el clima.
La organización proyecta que los precios agrícolas caigan 3.2%; específicamente, los precios de trigo y maíz serían 2.2 y 2.8% menores que sus niveles en el 2012. En el caso del arroz, se espera que se reduzca 4% y, entre las bebidas, los precios del café pueden experimentar la mayor caída, entre 9.6 y 7.6%, dependiendo del tipo de café.
La expectativa de precios se basa en cuatro supuestos básicos para su cumplimiento. En primer lugar, se supone que no habrá condiciones climáticas adversas que afecten las cosechas del hemisferio sur; la historia refiere que, después de un choque negativo, la producción tarda en volver a sus niveles de antes de la crisis una temporada, y el restablecimiento de las existencias, a niveles adecuados, alrededor de tres temporadas. Por lo anterior, después de los eventos en el 2011, la producción podría estar recuperándose en este año.
En segundo lugar, el precio del petróleo se va a reducir marginalmente y el de fertilizantes, en más de 6%, esta alza se espera se refleje en los precios de los alimentos en un rango de 20-30% dependiendo del producto.
En tercer lugar, no hay evidencia de posibles políticas que perturben los mercados de alimentos en el mundo, tales como políticas restrictivas en el comercio, pero este efecto dependerá del nivel de oferta existente en los mercados.
Por último, la expectativa se basa en el menor incremento de la producción de biocombustibles. Cálculos de la OCDE-FAO refieren que, a pesar de que se espera que el incremento global de la producción de biocombustibles crezca en 5% en la siguiente década, los gobiernos están cada vez más conscientes de que los beneficios ambientales y la seguridad energética que ofrecen no son mayores que sus costos.
Por lo anterior, a lo largo del 2013 habrá que tener presente que la necesidad de alimentos a nivel mundial y la relación de los precios estará determinada especialmente por los factores que puedan afectar la relación de producción e inventarios, por lo que habrá que prestar mayor atención a los cambios en la oferta de los productos agropecuarios.
Fuente: eleconomista.com.mx
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