Un informe de Cancillería confirmó que las exportaciones de productos agropecuarios con destino al Viejo Continente no levantan cabeza desde 2008.
El informe elaborado por el Ministerio de Relaciones Exteriores asegura que el país registró un perjuicio de cerca de u$s2.500 millones para las exportaciones primarias y de u$s12.500 millones en lo relativo a la producción entre 2008 y 2012, a causa de las barreras arancelarias a las importaciones que aplica la UE y los subsidios que destina al agro.
El documento lleva el nombre de “Impacto del proteccionismo europeo sobre la economía argentina”, y tiene su eje en las “normas y medidas comerciales que la Unión Europea utiliza para abusar de su posición dominante en el comercio internacional”. Sale a la luz en un momento en el que se conversa en el Mercosur la posibilidad de un acuerdo de libre comercio con el Viejo Continente.
En este informe se detalla cómo el bloque económico europeo aplica barreras al comercio de larga data a través de subsidios, escalonamientos, cuotas y picos arancelarios, barreras sanitarias y fitosanitarias, normas técnicas o de presunta defensa del medio ambiente, del consumidor y/o del bienestar animal, entre otras.
Según indican desde Cancillería, con el estallido de la crisis de 2008 se intensificaron estas medidas. Así, al 2012 se observó en Europa un descenso de las importaciones del 7%, cifra mayor a la caída registrada por sus exportaciones, que fue de un 0,8%. Esta situación permitió obtener al bloque, por primera vez desde 2004, un superávit de un 0,1% en su PBI y de un 0,5% en el primer semestre de 2013.
“En los dos últimos años las cantidades exportadas al mercado comunitario sufrieron una violenta contracción”, que fue parcialmente compensada por la suba de valor de algunos productos, afirma el documento.
Productos afectados
De acuerdo con Cancillería, en 2012 se exportaron 64% menos de toneladas de Productos Primarios que en 2008. En tanto, las manufacturas de origen agropecuario cayeron un 34 por ciento.
En una situación que considera “alarmante”, el informe remarca la caída de las exportaciones de maíz en 86%, la de aceite de girasol en 88% y la de aceite de soja en 95%. Estos tres productos representaron, en conjunto, un 15% de las ventas totales a Europa en 2008.
Otras exportaciones que se vieron afectadas desde ese año fueron los tubos de acero (-62%), la miel (-48%), los cítricos (-47%), las peras y manzanas (-47%), el pescado (-41%) y los cueros (-37%), todos ellos ubicados entre los primeros 20 más comercializados por la Argentina.
En cuanto a los elevados aranceles que aplica la UE, se destacan el de la leche (47,5%), el queso (34,1%), el lactosuero (58,1%) y alimentos como el jugo de uva y mosto (55%), el arroz (22%) o la harina de trigo (21%).
“Estos valores contrastan significativamente con el arancel máximo del Mercosur (35%) y con el arancel promedio de la Argentina, de tan solo 11,8%”, sostiene el documento.
De acuerdo con un análisis econométrico realizado por Cancillería, se estima que sólo con los aranceles y los subsidios a la exportación y la producción que aplica la UE la Argentina perdió en 2012 u$s2.500 millones en exportaciones, un 3% del total de las ventas externas del país y un 21% de las dirigidas a ese bloque económico, y u$s12.500 millones en producción.
Además, este tipo de políticas restrictivas llevan a que la economía local pierda unos 200 mil puestos de trabajo, lo que equivale a cerca de un 10% del empleo privado registrado en el sector de producción de bienes en 2012.
Las mayores pérdidas para el país se concentran en las exportaciones de productos primarios, principalmente de carne bovina (u$s1.495 millones); verduras, frutas y hortalizas (u$s318 millones); otros productos cárnicos (u$s241 millones) y alimentos procesados (u$s185 millones).
A esta situación se suma, aseguran, “las acusaciones de proteccionismo, intervencionismo, estatismo y ruptura de las reglas del sistema económico mundial” que realiza la UE en diversos foros, lo cual impone “fuertes obstáculos para continuar avanzando en el proceso de reindustrialización”.
“Las barreras al comercio, tanto como los reclamos ante los organismos multilaterales que realiza la UE, limitan la implementación de políticas de fomento de los sectores generadores de conocimiento e innovación, de mayor agregación de valor en origen y de creciente generación de empleo altamente calificado y bien remunerado”, concluye el estudio.
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