Estados Unidos redujo fuertemente este viernes sus estimaciones de producción de maíz y soja, señalando que el calor y la sequía que afectan a las principales regiones productoras del país, llevaron las expectativas de rendimiento al nivel más bajo en seis años.
El Departamento de Agricultura (USDA) detalló que prevé una disminución de 13% de la producción de maíz con respecto a 2011, a 10.800 millones de bushels (25 kg aproximadamente), unos 270 millones de toneladas).
Siguiendo la misma tendencia, la cosecha de soja bajaría 12% con respecto al año pasado, a unos 2.690 millones de bushels (unos 67,25 millones de toneladas).
El Departamento de Agricultura explicó que las temperaturas récord en julio en el país, las mayores desde 1895, cuando se inició el registro, dañaron los cultivos de ambos granos de una manera que no se había visto desde 1995 para el caso del maíz y desde 2003 para la soja.
"Es una revisión a la baja más fuerte que lo esperado", comentó Dax Wedemeyer, corredor de la firma US Commodities.
La sequía afecta al 63% del territorio continental estadounidense, con condiciones récord observadas en el Medio Oeste, gran zona de producción de cereales, sobre todo en Nebraska, Iowa, Misuri e Illinois.
En el mercado de productos agrícolas de Chicago, los precios se disparaban, con el maíz alcanzando un nuevo techo para el contrato para entrega en diciembre a 8,3400 dólares por bushel.
Para su entrega en noviembre, el bushel de soja se cotizaba a 16,5600 dólares contra 16,3125 del jueves.
"Si las previsiones de cosechas mantienen esta tendencia a la baja, los precios van a seguir subiendo", anunció Wedemeyer.
El USDA estimó alzas importantes, a 8,90 dólares el bushel de maíz, en tanto que la soja podría alcanzar 15 a 17 dólares por bushel, dos dólares por encima de la última previsión.
Según un informe de la FAO divulgado el jueves, los precios de los alimentos subieron 6% en julio con relación a junio, poniendo fin a tres meses consecutivos de bajas.
Los precios altos "penalizan a las poblaciones pobres de numerosos países que dependen del mercado mundial para importar sus alimentos", dijo Abdolreza Abbassian, economista de la FAO, en declaraciones a la AFP.
La producción de biocarburantes (esencialmente etanol y biodiesel) es objeto de críticas desde hace varios años por provocar un aumento de los precios de los aceites vegetales o de los cereales a partir de los cuales se fabrican, en detrimento de la seguridad alimentaria mundial.
Precisamente, el director general de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva, instó a Estados Unidos a suspender su producción de etanol a base de maíz para evitar una crisis alimentaria mundial, en una columna publicada este viernes por el diario británico Financial Times.
"Una suspensión inmediata y temporal de la legislación estadounidense", que destina cuotas de las cosechas de maíz a la producción del biocarburante, "daría cierto alivio al mercado y permitiría destinar más granos a la alimentación humana y animal", destacó el director de la la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Según el titular de la FAO, Estados Unidos utiliza el 40% de su producción de maíz para producción de energía.
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