Valencia se convertirá la semana próxima, más que nunca, en la capital mundial de la citricultura, puesto que entre los días 19 y 23 se desarrollará en el Palacio de Congresos el XII Congreso Internacional de Citricultura, al que asistirán unos 1.100 delegados de 55 países que debatirán y pondrán en común los últimos avances y conocimientos en materias de reproducción de material vegetal, variedades y otras innovaciones y mejoras en procesos de cultivo y comercialización.
La convocatoria, que se celebra cada cuatro años en un país distinto, está organizada por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y la fundación Agroalimed, con la colaboración de la Sociedad Internacional de Citricultura (ISC), una entidad sin ánimo de lucro con miembros de todos los países citrícolas del mundo.
Luis Navarro, investigador del IVIA, premio Jaime I, presidente del comité organizador del congreso y también de la ISC, ha explicado que los objetivos de esta entidad son promocionar la investigación, el intercambio de información y educación en todos los aspectos relacionados con la producción, recolección, conservación y distribución de frutos cítricos y sus derivados.
Estas actividades se desarrollan fundamentalmente mediante la realización de estos congresos internacionales, en los cuales se enmarca «una actualización y puesta en común de problemas y conocimientos científicos y técnicos sobre el cultivo, pero además tienen una gran importancia en la transferencia de tecnología a nivel internacional».
Además de las sesiones científicas, que se desarrollarán en el Palacio de Congresos, está prevista la organización de viajes técnicos, que suelen ser los que mayor interés despiertan entre buena parte de los congresistas, porque se realizan visitas a centros de investigación y experimentación, así como a fincas de producción y almacenes de confección y exportación. Está previsto que estas visitas se desplieguen tanto en la Comunitat Valenciana como en Murcia y Andalucía, a fin de mostrar lo más ampliamente posible las principales características de la citricultura española.
Primer cultivo frutal
Navarro ha recordado que «los cítricos son el principal cultivo frutal del mundo, con una producción de unos 110 millones de toneladas», y que en España «también son el principal frutal», con una superficie de 330.000 hectáreas y una producción que oscila entre los 6 y los 7 millones de toneladas anuales.
Nuestro país es además el sexto productor del mundo, pero es el primer exportador de fruta fresca. Y dentro de España, la Comunitat Valenciana sigue siendo líder, con un 60% de la producción y un 80% de la exportación total.
España exporta algo más del 60% de la producción, lo que genera unos ingresos brutos de unos 2.400 millones de euros anuales. La citricultura, por su importancia económica, social y territorial, constituye la principal actividad productiva agraria española, particularmente de la Comunidad Valenciana. Los cítricos han contribuido significativamente al desarrollo económico de nuestra región e históricamente han constituido una de las principales fuentes de riqueza para muchos de nuestros pueblos, contribuyendo de forma esencial a la vertebración de la sociedad valenciana.
El cultivo de cítricos tiene también un importante valor social, ya que, sólo en la Comunidad Valenciana, ocupa más de 180.000 hectáreas, agrupa a más de 100.000 agricultores o propietarios de plantaciones y proporciona trabajo durante casi todo el año, generando más de 70.000 empleos directos e indirectos. Además, los almacenes de confección, industrias de transformados y comercios citrícolas, así como numerosas empresas auxiliares (abonos, plaguicidas, maquinaria, envases, transportes, etc.), dependen en gran medida de la citricultura.
Alta calidad
Desde sus inicios, la citricultura española ha obtenido productos de alta calidad, muy apreciados en los mercados internacionales. Ello, sin duda, ha sido la base de la arraigada tradición comercial y exportadora ligada a los cítricos, alrededor de los cuales se ha establecido una importante infraestructura de centrales citrícolas altamente tecnificadas, que disponen de una red comercial consolidada, apoyada por su amplia experiencia exportadora.
También hay que resaltar que los cítricos se han convertido en uno de los símbolos importantes de la identidad cultural valenciana, lo que les proporciona un valor añadido importante para nuestra sociedad.
De ahí la importancia de que Valencia acoja esta gran convocatoria internacional y la conveniencia de que se aproveche al máximo, al contar aquí con los más destacados expertos mundiales en los diferentes aspectos de la citricultura, lo que permitirá disponer de los últimos avances científicos y establecer contactos y colaboraciones.
Fuente: lasprovincias.es
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