La industria agroalimentaria española es un "valor tremendo" y uno de los sectores que más futuro tienen del país, según Jesús Serafín Pérez, director del Aguas de Fuensanta y presidente de FoodDrinkEurope, la patronal europea de la industria de alimentación y bebidas.
Serafín Pérez ha impartido hoy en el paraninfo del edificio histórico de la Universidad de Oviedo una conferencia previa a la entrega de diplomas de la decimonovena promoción del máster en Dirección de Empresas MBA Ejecutivo.
"Los factores de competencia en los sectores tractores de la economía" ha sido el tema en el que se ha centrado el también vicepresidente de la CEOE, que ha asegurado que en estos tiempos de crisis y días convulsos aún hay algunas empresa y sectores que son capaces de escribir historias de éxito en Europa.
La biomdedicina, la biotecnología, la energías renovables, la gestión de microrredes energéticas, las tecnologías de la información y comunicación, la logística y el diseño son los sectores que, en su opinión, tienen futuro junto a la industria agroalimentaria.
Tras destacar que el sector factura 83.000 millones de euros, agrupa a 30.000 empresas y da empleo a medio millón de habitantes, Serafín Pérez ha incidido en que su peso en la economía del país es creciente.
Así, ha señalado que el pasado año el sector exportó por valor de 19.000 millones de euros y que el primer semestre de este año ya ha superado ya el valor de los vehículos que se venden fuera de nuestras fronteras y que, tradicionalmente, ocupan la primera posición de las exportaciones españolas.
Serafín Pérez se ha mostrado convencido de que las exportaciones del sector agroalimentario español seguirán ganando peso por lo que ha asegurado que se le puede considerar un motor de la economía nacional.
Ha añadido que la crisis afecta a este sector menos que a otros y ha incidido en que la lógica indica que hay que apostar por lo que ha demostrado que es sólido durante los últimos años.
No obstante, ha advertido de que para que despliegue todo su potencial debe simplificarse la normativa y establecer un marco de relaciones entre todos los agentes de la cadena alimentaria.
Este economista ha incidido en que el incremento de las exportaciones puede absorber las distorsiones que puedan darse en el mercado interno, aunque ha señalado que "el consumo interno en alimentación no está tan bajo" y que tampoco se va a ver muy afectado a medio plazo por el incremento del IVA.
Fuente: abc
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