Numerosos establecimientos ofrecen desde hace tiempo alimentos elaborados con estos cereales, y como han explicado a Efeagro desde una de ellas, Ecocentro, en Madrid, en los últimos años el abanico de este tipo de productos es cada vez mayor.
Además de encontrarlos en grano o harinas, la oferta se completa con pan, pasta, galletas, bollería, cereales de desayuno, leche, e incluso hamburguesas vegetales o cervezas: productos que se pueden encontrar fácilmente en tiendas especializadas y que poco a poco también se van abriendo hueco en los supermercados.
Perfil de consumidor
Desde Ecocentro han indicado que la demanda de estos "cereales alternativos" ha ido en aumento y el perfil de sus compradores responde, o bien a personas comprometidas con la dieta saludable y que buscan innovar en su dieta, o bien aquellos consumidores que sufren algún tipo de intolerancia alimentaria, como es el caso de los celíacos.
"Pero no sólo vienen celíacos; también acude mucha gente con intolerancias más leves al trigo, que implican que no lo procesan bien, sufren digestiones pesadas e hinchazón en el estómago", ha aclarado su responsable de comunicación, Clara Pillado.
La experta en tecnología de los alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Concha Collar, ha explicado a Efeagro que la principal bondad de estos cereales es que no contienen las proteínas del gluten, lo que ha ampliado las opciones culinarias para quienes sufren celiaquía, una patología que afecta aproximadamente al 3% de la población.
Sin embargo, Collar ha negado que, en contra de lo que algunos creen, que estos seudocereales o cereales alternativos tengan propiedades nutritivas superiores a los del trigo, ya que, "aunque sí es cierto que contienen mayor contenido en fibra, Omega 3 y polifenoles -con propiedades antioxidantes-, para que esos efectos sean patentes se deberían ingerir en cantidades muy superiores a las recomendadas".
"Además, al tener más fibra, llenan más y, por tanto, se come menos cantidad que con el trigo", ha aclarado la experta.
Poder saciante
Precisamente, por este "poder saciante" de la fibra, hay quien los recomienda en dietas de adelgazamiento, pero Collar ha precisado que el valor calórico de estos cereales alternativos es "semejante al del trigo", por lo que sus supuestos beneficios adelgazantes son "un falso mito".
Aunque todos estos alimentos se engloben dentro del grupo de los cereales, la quinoa -que se cultiva únicamente en el altiplano andino y llega a Europa mediante comercio justo-, el amaranto o el trigo sarraceno son seudocereales, es decir, botánicamente no son cereales, pero presentan nutrientes parecidos a los de los cereales.
Por su parte, el sorgo, el mijo -ambos propios del continente africano- o la avena se consideran cereales menores, en comparación con los más extendidos en el mundo, que son trigo, arroz y maíz.
Entre esta variedad de productos a base de "cereales alternativos", también tienen un hueco el kamut y la espelta, dos variedades de trigo muy antiguas y más puras que el convencional, por lo que son toleradas por personas con intolerancias leves al gluten, aunque no son aptos para celíacos.
Más allá de sus beneficios para salud o de su sabor, la principal ventaja de estos cereales alternativos -también denominados étnicos por sus diversas procedencias-, cada vez más presentes en Occidente, es que aportan variedad y novedad a la dieta de una sociedad cada vez más ávida de probar cosas nuevas
Fuente: Alimentacion3.0
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