Cajamar, a través de los representantes del Área de Negocio Agroalimentario Roberto García Torrente y Ricardo García Lorenzo expusieron ayer "de dónde venimos y a dónde vamos" en materia agrícola, durante su intervención en las Jornadas Internacionales de Agricultura Intensiva de la UAL.
Roberto García repasó algunas de las principales cifras del sector hortofrutícola almeriense, entre ellas, que Almería es la potencia número 22 del mundo en producción de tomate y sus competidores directos se encuentran por debajo, pues Holanda cultiva un 9% menos, Polonia un 20% menos, Argentina un 22% por debajo y Francia un 29% menos.
En pimiento, Almería es la séptima potencia mundial y los Países Bajos producen un 22% menos, mientras que Italia cultiva un 51% menos, Marruecos un 52% por debajo e Israel un 59% menos. Y en pepino, Almería es la potencia número 14 del mundo, con Países Bajos y México con similar nivel de producción, mientras que Alemania produce un 41% menos e India un 62% por debajo.
García Torrente recordó la importancia de la innovación agrícola desde los tiempos del enarenado, el Instituto de Colonización y la apuesta por la modernización del riego. El punto de inflexión del agro almeriense se situó en el momento en el que se abrió al mercado exterior, señaló, "cuando empezamos a vender nosotros, después de que un grupo de empresarios fueran con un Seat 127 a ver qué hacían en el extranjero los murcianos y los valencianos".
Ricardo García tomó el relevo, en una exposición a dúo para poner el dedo en la llaga de la crisis y recordar la parte de culpa de "todos", incluidos los bancos, "y quien diga lo contrario, miente", apostilló. "Las crisis pasan", dijo. "El problema no está en saber cuándo, sino cómo", recalcó. Advirtió de la "crisis social sin parangón" que está viviendo España y animó a todos a empezar a desbloquear esta situación, pues el territorio nacional posee cinco sectores estratégicos, entre los que se encuentra el 'agro' y donde "el cooperativismo tiene mucho que decir". Su duro análisis concluyó diciendo: "El mercado no es sólo oferta y demanda, también es estupidez", para lo que se apoyó de una diapositiva en la que puso cara a los especuladores, los que gestionan los fondos de inversión, aquellos que desvirtúan las leyes naturales de la oferta y la demanda del mercado, entre los que destacó a Ray Dalio, recordando que recientemente dijo "yo soy el mercado" en el Wall Street Journal y que gestiona un fondo de 200.000 millones de dólares.
Como claves para desbloquear los vicios del sector agrícola destacó la obsesión por el producto, la falta de enfoque de comercialización, la necesidad de formación comercial, los personalismos e individualismos, el egoísmo, las lamentaciones, las justificaciones, el tópico de que la Administración lo arregle todo o confiar siempre en las subvenciones. "No exportamos hortalizas a Alemania o Francia, las despachamos; si seguimos así, al sector agro le quedan diez años", apostilló.
Roberto García recogió el guante para apuntar las claves de lo que la agricultura almeriense y sus actores deben poner en marcha sin más demora para que Ricardo García no tenga razón en su vaticinio. Al abrigo de su inmensa capacidad de adaptación y su espíritu de supervivencia, resumió las principales estrategias, ineludibles, que debe acometer la agricultura almeriense para seguir creciendo sin perder competitividad frente a los países terceros: productividad, por lo que recordó la necesidad de modernizar las estructuras invernadas de Almería, cuyas medias de rendimiento se encuentran entre los 10 ó 12 kilos por metro cuadrado, muy lejos de sus competidores del norte, que duplican esta cifra; la mejora de la comercialización, haciendo hincapié en la concentración de la oferta y la ganancia de dimensión; y la profesionalización, aumentando la formación de los directivos de las cooperativas y alhóndigas almerienses, así como la de sus agricultores, para mejorar su capacidad a la hora de tomar decisiones acertadas.
Posteriormente, como colofón al primer día de jornadas internacionales agrícolas celebradas en la UAL, se desarrolló una mesa redonda bajo el lema 'Retos futuros del Sector Agroalimentario y Cooperativista español. El camino hacia la consolidación de un sector estratégico. Presente y futuro', moderada por Miguel Rodríguez de la Rubia, director de Negocio Agro y Cooperativo de Cajamar, que destacó la importancia de "dos leyes claves para el futuro del agro", sobre las que habrá que estar muy atentos, la de integración de cooperativas y la de mejora de la cadena agroalimentaria, ambas aún a la espera de su entrada en vigor. También señaló que Almería no produce hortalizas, "produce salud, agua, ahorro energético, innovación", de ahí la importancia que tienen las nuevas tecnologías y sus aplicaciones para el desarrollo y crecimiento del sector.
Entre los componentes de esta mesa redonda, Jerónimo Molina, presidente de Faeca, se lamentó de la falta de correspondencia entre el papel que tiene el agro en la economía y su consideración social. Recordó que la nueva realidad social ha contribuido a cambiar los alimentos, cada vez más elaborados, pues en los últimos años las familias tienen menos miembros, la mujer se ha incorporado al mundo laboral y hay menos tiempo para cocinar. "A todos estos cambios debe adaptarse el sector agro, poniéndose al mismo nivel en tamaño que sus clientes, la gran distribución, y sus proveedores, la industria auxiliar agrícola (plástico, cartón, etc). La forma de alimentarse del ser humano en el siglo XXI aumenta las carencias del organismo del ser humano, por lo que la agricultura tiene "la oportunidad de vender salud", recalcó.
Francisco Góngora, presidente de Hortyfruta, insistió en la concentración como fórmula para competir. "Los retos de futuro son más importantes casi que todo lo que se ha conseguido hasta ahora. Y lo que haya que hacerse debemos hacerlo unidos, con individualismos no llegaremos a ningún sitio".
El catedrático de la UAL y director de la Cátedra Cajamar, Francisco Camacho, analizó las tendencias de futuro en la producción. Tendencias que se dirigen hacia un cambio en los fertilizantes de las plantas, pasando de productos más minerales a otros que sean más orgánicos; la biofumigación, la diversificación de la oferta y o la mejora en la huella de carbono.
José Luis Estrella, de Hispatec, ha hablado de la necesidad de incorporar las TIC al sector agroalimentario y considerar las tecnologías de la información y la comunicación como una inversión que hay que rentabilizar. "La tecnología nos permite unificaciones virtuales, que empresas distintas o separadas geográficamente trabajen al unísono", apuntó.
José Antonio Salinas (Estructuras Agrarias de la Junta) habló de la futura reforma de la PAC. "No puede haber PAC sin presupuesto y es un gran problema que éste haya bajado un 13% respecto al anterior". También apuntó que es "necesario" definir del marco del modelo de agricultura que se quiere. "A partir de ahí, sabremos después cómo se financia".
Fuente: elalmeria.es
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