"Cada huerto es único y debe ser monitoreado en forma individual” afirma Paola Luppichini Blu durante el curso de formación de monitores de plagas en cítricos. El primer día se expusieron los conceptos del Manejo Integrado de Plagas, reconocimiento de plagas, sus enemigos naturales, implementación del monitoreo, su periodicidad y tamaño de muestra. Especial énfasis le dieron a los registros y utilización de planillas y procesamiento de la información. En la tarde, mediante trabajo en laboratorio los asistentes hicieron observación de las plagas más relevantes en cítricos y sus enemigos naturales bajo lupa estereoscópica.
La capacitación fue impartida por los profesionales y técnicos Paola Luppichini B. Ing. Agr. , Natalia Olivares P., Ing. Agr. y José Montenegro M., técnico de campo.
El segundo día fue el momento para tomar examen a los asistentes en terreno. Consistió en una práctica en terreno en un huerto ubicado en Pocochay, comuna de La Cruz, donde los asistentes pusieron a prueba los conocimientos adquiridos a través de observaciones visuales. Esta actividad demostrativa, comentan las entomólogas, “es fundamental ya que se evalúa en terreno los conocimientos entregados, como el uso de las planillas de registro, reconocimiento de plagas y enemigos naturales, entre otros”. En esta oportunidad se realizó monitoreo en chanchitos blancos, arañita roja, conchuelas y mosquitas blancas, se vio la presencia de las plagas en hojas, ramillas y frutos y se observó la presencia de enemigos naturales.
Las investigadoras presentaron una mirada global sobre el Manejo Integrado de Plagas, reconocimiento de plagas y enemigos naturales; y, los conceptos fundamentales para asegurar un éxito en el control de plagas. “Es fundamental el muestreo en el campo para evaluar la densidad y la distribución de las plagas”, recalcan.
Sin duda, uno de los aspectos de mayor importancia en el Manejo Integrado de Plagas es el monitoreo. Las expertas se refirieron a los manejos culturales, uso de enemigos naturales, químicos y calidad de aplicación. Especial énfasis dieron al concepto de umbral económico, es decir, hasta dónde se puede tolerar el daño de una plaga. Explicaron que este concepto está en directa relación con la producción. “Cuando el valor de la producción es alto se tolera menos daño”.
Respecto al tema de las acciones de control dijeron que “es muy importante tomar decisiones informadas ya que muchas veces se hacen aplicaciones cuando no es necesario. Hay que tomar en consideración cómo funciona la plaga, qué parte del árbol ataca, en qué cantidad, qué tanto se reproduce, la época de mayor daño, todos factores inherentes al monitoreo de las plagas. Hay que analizar estos antecedentes y proteger el ambiente donde vivimos. Los errores se evitan conociendo bien el funcionamiento del sistema”, reiteraron las investigadoras.
Con respecto al control químico hicieron un llamado a usar racionalmente los plaguicidas. La diferencia radica, dicen, en su efectividad y calidad de la aplicación. ”Hay que aplicar en el momento más oportuno y hay que hacer una optimización de la distribución del producto”. Antes de hacer la aplicación sugirieron hacer una prueba con papel hidrosensible para visualizar el patrón de distribución del producto en la planta, de manera de realizar modificaciones en la maquinaria que permitan mejorar la aplicación. Con esta simple prueba de regulación de la maquinaria agrícola, afirmaron, se mejora significativamente el grado de cubrimiento y uniformidad del tratamiento disminuyendo las pérdidas potenciales que puede causar una plaga producto de una aplicación deficiente.
Por últimos, las investigadoras concluyeron diciendo que los mayores daños económicos asociados a las plagas, están referidos a los rechazos de partidas en puerto, debido al hallazgo de ejemplares de plagas que tiene connotación cuarentenaria. De aquí, la importancia de un adecuado manejo de las plagas, las que pueden llegar a producir importantes pérdidas debido al daño directo sobre la fruta, con la consiguiente pérdida del valor comercial.
El concepto de MIP, incorpora la integración de varias estrategias como, control cultural, químico y biológico para el manejo de las plagas con el fin de obtener fruta con menores residuos y producida bajo normas que respeten la calidad medioambiental y estén acorde a las exigencias de los mercados de destino de la fruta. “En la actualidad la certificación de predios para la exportación, ha obligado a los agricultores a adoptar tecnologías o métodos que muestren una imagen de producción sustentable y donde la relación costo/beneficio realmente lo favorezca”.
Fuente: infoagro
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