La recolección del ajo en Jaén (España) comienza, si el clima no lo impide, los primeros días de junio, pero la venta por parte de las empresas no cesa en todo el año, aunque el precio que ha alcanzado últimamente no sea el más beneficioso para los ajeros. El difícil momento económico que atraviesa todo el país, entre otros factores, afecta al precio final de esta hortaliza.
El jiennense Juan Garrido, presidente de la Asociación Andaluza de Ajeros, asegura que en el sector no se comprendía por qué se pagaba más caro de lo que se vendía, aunque conocían bien los motivos: “El año pasado fue un año muy malo, hizo un daño muy grande en el sector y nos descapitalizó, con los tiempos que corren económicamente, los bancos no prestan dinero. Se ha vendido al precio que fuera para poder seguir trabajando. Por eso los precios no estaban como debían”. Garrido es, además, de Jamilena, municipio conocido en todo el mundo por su comercialización de ajos.
A pesar de que Jaén es la quinta provincia andaluza en cuanto a producción de ajo, con un 3% del total, y su recolección, conservación y venta es importante para algunos de sus municipios, como es el caso de Jamilena. Sus tierras no son propicias para el cultivo, pero hay un gran número de empresas del sector situadas en el pueblo, que cultivan en otras zonas de la provincia donde hay también empresas dedicadas, como Mengíbar, Campillo del Río o Begíjar. Otras producen en territorio granadino o cordobés, como en Montilla o Montalbán, primeros productores de ajo de la comunidad andaluza, que luego son trasladados a la provincia jiennense.
En Andalucía, hay un total de 4.794 hectáreas dedicadas al cultivo del ajo, de las cuales 220 pertenecen a la provincia jiennense. Hace una década la cifra se situaba en 530, según datos del Boletín informativo agrario de la Junta de Andalucía, pero su venta cada vez es más difícil. Las adversas condiciones meteorológicas y varias situaciones de crisis en la agricultura como la de la bacteria “E.coli”, detectada en pepinos procedentes de Almería, han mermado su producción.
Durante la campaña de 2012, se recogieron 2.073 toneladas de ajo que se han vendido paulatinamente y a un precio muy por debajo de lo que correspondía, pero en las últimas semanas ha sufrido un ligero ascenso que da un respiro al sector: “El producto ha subido algo de precio, que era lo que esperábamos, pero ha tardado más de lo que creíamos en ser rentable.
A partir del 15 de enero ha repuntado un poquito el costo y ya es fructífero. Van a ser pocos meses, pero para los que tienen algo de producto todavía podrán sacar algo de rentabilidad.” Aunque es un cultivo minoritario, su buen rendimiento es un factor beneficioso en la provincia, ya que favorece la creación de puestos de trabajo y la regeneración de la economía, en una provincia como la jiennense, con 69.000 personas en paro.
El factor más determinante en la crisis del sector, es la dura competencia con China, primera exportadora de ajo del mundo, según Juan Garrido: “Los precios que tienen son irrisorios, porque la mano de obra es muy barata, y ya sabemos por muy poco una persona sobrevive allí, y eso repercute luego en que el producto sea muy barato y entre a Europa y al resto del mundo a muy bajo precio”.
El presidente de la asociación alerta de la diferencia entre el coste de la hortaliza entre un país y otro que el consumidor español deja de mirar la calidad del producto para mirar su bolsillo, porque cada vez son menos los que distinguen el sabor y la clase, suprema en el caso de España, quinta productora mundial, e infinitamente mayor que la que proviene del país asiático. Sin embargo, las condiciones climáticas adversas acaecidas en los últimos meses en China propiciaron que el ajo tuviera un precio mayor que de costumbre al contar con menos producto que en años anteriores y su precio de salida, que se situaba en 1,50 euros, se colocaba algo por encima del coste nacional, que en septiembre bajó hasta 1,46 euros.
Pero China no es el único problema en cuanto al mercado. La Unión Europea reconoció recientemente la IGP(Indicación Geografica Protegida) de origen chino Ajo Jinxiang Da Suan, algo perjudicial para el sector español y a lo que Garrido se opone rotundamente:“Estamos en total desacuerdo porque los métodos para producir ajo y, sobre todo, para conservarlo que ellos emplean no son los adecuados ni lo que nos exige a nosotros Bruselas, y varios ayuntamientos de España han aprobado una moción donde lo rechazan totalmente”.
En la actualidad, la venta por kilogramo roza los 2 euros, gracias al repunte acontecido en enero, y por el que los ajeros son optimistas y no creen que vuelva a bajar. Para la exportación a otros países el precio sube un poco más, ya que hay que preparar el fruto cuidadosamente. Desde la provincia, las empresas exportan mayoritariamente a otros países de Europa, como Reino Unido o Alemania, e incluso a países de África. Los exportadores jiennenses conocen la mala situación económica por la que atraviesa, en general, la población mundial.
Sin embargo, la diferencia entre los países a los que exportan y e España, es muy diferente, ya que en en el extranjero se presenta un marco económico mejor. Las empresas jiennenses “Fresh & Dry Garlic” o “Ajos Gallardo”, reconocen que el 85 o 95% de su producción anual es enviada a países foráneos. En España, la última campaña se exportaron 75.000 toneladas de ajo, sobre todo a países nórdicos, que priman más la calidad. Los ajeros se quejan de que en territorio nacional abunda el consumo del ajo asiático, más barato, mientras que fuera se aplaude la calidad. Es algo preocupante para la Mesa Nacional del Ajo, cuya próxima reunión será celebrada en Jamilena en el mes de mayo, algo beneficioso por su repercursión.
Fuente: diariojaen.es
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