Las diferentes administraciones públicas españolas han contado este año con 255 aeronaves para actuar en las labores de extinción de incendios forestales, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. De ellas, 75, entre aviones y helicópteros, pertenecen al Grupo Faasa, una veterana empresa aeronáutica sevillana especializada en la extinción de incendios, que ha trabajado en Andalucía, Castilla–La Mancha, Murcia y la Comunidad de Madrid, entre otras regiones.
Junto a los medios aéreos específicos, la compañía cuenta con 60 pilotos especializados en la extinción e incendios forestales. De hecho, son «el único grupo de este sector que forma a los pilotos y mecánicos que operan luego con nuestra empresa», explica Miguel Ángel Tamarit, director general de la compañía en la que trabajan 300 personas y que desarrolla también otras áreas, como emergencias sanitarias y protección civil.
Todo esta inversión humana y de medios requiere una óptima gestión. De ahí que Faasa haya creado una División internacional en Chile con la que dan cobertura a toda Suramérica y permite sacar el máximo rendimiento a estos dispositivos.
«Allí cada año, cuando empieza el verano austral, desplazamos 26 aeronaves, entre aviones y helicópteros, más tripulaciones y personal de mantenimiento», afirma Tamarit.
¿Por qué Chile? «Porque es el país de Suramérica que más atención presta a la amenaza de los incendios forestales, porque la madera es su principal exportación. De hecho, el sector forestal lo componen sobre todo los propietarios de grandes plantaciones madereras, que hacen planes de protección contra incendios forestales muy fuertes. Por tanto, se da la circunstancia de que mientras en España trabajamos para las administraciones públicas, allí nuestros clientes son, sobre todo, los propietarios privados».
Así pues, al llegar esta época del año, 26 aeronaves del grupo toman rumbo a Chile. En concreto, «21 helicópteros van en barco desde Bilbao en grupos de siete, y los aviones volando».
Las números salen. De ahí que la compañía pueda seguir teniendo la vocación innovadora con la que empezó en el año 1984 con la defensa forestal. Así en España la actividad continúa también todo el año.
I+D+i
«Tenemos dos importantes proyectos. Uno de monitorización de imágenes de los incendios desde el aire. Y otro, en colaboración con Indra, para desarrollar un simulador de incendios forestales, con el que crear una plataforma de entrenamiento para la extinción en la que actuarían simultáneamente, el piloto, los coordinadores de la extinción y de los medios aéreos y el técnico de extinción», avanza el director general de la compañía. Todo ello «siendo una empresa familiar en la que trabajan 300 personas y con capital 100% español», añade Tamarit.
Fuente: larazon
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