La reserva hidráulica ha continuado bajando y, a principios de la semana pasada (últimos datos disponibles), se situaba en el 48,4 por ciento de su capacidad total, lo que representaba un descenso del 1,2 por ciento con respecto a los niveles de la campaña anterior, de acuerdo con los datos facilitados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. El último lunes los pantanos peninsulares acumulaban un 23 por ciento menos de agua que en las mismas fechas de 2011 y ya están por debajo de la media de la última década. Aunque la situación varía de unas a otras, la mayoría de las cuencas rondan o están por debajo (algunas incluso mucho) de la mitad de su capacidad máxima. Cuando en las próximas horas se conozcan las nuevas cifras, se comprobará que hay otro descenso debido a la ausencia de precipitaciones durante los últimos días, salvo algunas tormentas puntuales.
Soluciones a la escasez
La sequía se está convirtiendo en una de las principales preocupaciones de los responsables del Ministerio y también de los agricultores y ganaderos. En el caso de los primeros, la escasez de agua obligará a imponer restricciones para usos agrícolas y, después, si la situación persiste, para el abastecimiento humano. En lo que respecta a los agricultores, los temores radican en la falta de agua para regar y en los problemas para preparar la tierra de cara a la próxima campaña de siembras de cereales; no obstante, y como nunca llueve a gusto de todos, lo que menos desean los viticultores en es que llueva, porque estropearía las uvas y las tareas de vendimia, que avanzan ya a buen ritmo en casi todas las regiones. Por último, los ganaderos de extensivo temen por la falta de pastos durante la otoñada, lo que aumentaría sus costes de producción al tener que alimentar al ganado con piensos.
Mientras, han comenzado ya las siegas del maíz en Andalucía. Afortunadamente, este año ha habido suficiente dotación de agua para riego, lo que ha permitido buenos resultados, tanto en calidad (no ha habido plagas) como en cantidad. Según Asaja Andalucía, cuando se ha recogido ya la mitad de la cosecha, los rendimientos oscilan entre los 12.000 y los 12.500 kilos por hectárea, mientras que los precios en origen se han situado por encima de los 240 euros por tonelada.
Fuente: larazon
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