LA UNIÓ de Llauradors denuncia que en la actualidad la investigación apícola en la Comunitat Valenciana es prácticamente nula a pesar de contar en teoría con equipos técnicos, laboratorios y personal investigador.
Esta circunstancia se produce además cuando somos grandes productores de miel y contamos con un importante número de apicultores profesionales en relación al resto del Estado. Según datos de 2011 la Comunitat Valenciana lidera, con 7.382 toneladas la producción de miel en España (22,8% del total), y también las exportaciones.
El Centro Integrado Apícola Valenciano (CIAV) creado en 2007, y con sede en Ayora, no tiene actividad desde que el pasado mes de mayo despidiera a su personal técnico (de hecho su página web está sin actualizar desde ese mes), tras una inversión económica cuantiosa y con un trabajo de puesta a punto de protocolos de gran importancia en el campo apícola: calidad de las mieles, contaminantes y adulteraciones; entre ellos un protocolo de determinación de polen transgénico en miel en colaboración con un centro investigador de Cataluña. Todos estos proyectos quedaron definitivamente aparcados ante la falta de financiación por parte de la Generalitat, del Ayuntamiento de Ayora y de la Asociación de Apicultores Valle de Historia y Miel, entidades que promovieron un centro que ha funcionado durante eso años como un laboratorio.
La subvención nominativa de la Conselleria de Agricultura fue de 50.000 euros en 2008 y ahora aún se sigue subvencionando pese a no tener actividad, aunque la cantidad ha bajado a poco más de 9.000 euros que están previstos en los presupuestos de 2013.
Mientras esto sucede la situación es muy crítica pues la enfermedad de la varroosis sigue muy presente en los colmenares valencianos y además han aparecido nuevas enfermedades y parásitos. El desabejamiento o despoblamiento es cada vez mayor y los datos de la campaña pasada indican que fue del 30%. En este sentido la Unión Europea ha alertado sobre este fenómeno e indica como posible causa la utilización de los insecticidas sistémicos.
Los productores apícola valencianos consideran que la presencia de contaminantes en la miel y en la cera condiciona su precio, así como el polen transgénico, por lo que reclaman más investigación para sus mieles. Carlos Muñoz Wilde, responsable apícola de LA UNIÓ, indica que “los apicultores valencianos únicamente podemos competir con la calidad de nuestras mieles Los apicultores sólo podemos competir con la calidad de nuestras mieles, pero para certificarlas se requieren análisis serios y fiables, como los que hacía el Centro Apícola de Ayora en su día. Su rápida puesta en funcionamiento de nuevo es por ello obligada y necesaria”.
Fuente: boletinagrario
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