La Comunidad de Regantes Torremiguel y la Universidad de Alicante (UA) han firmado un convenio con el fin de realizar un estudio sobre la relevancia de las comunidades de regantes en la configuración y gestión del sistema hídrico y ecocultural de los humedales del Parque Natural de las lagunas de Torrevieja y La Mata. El proyecto se llevará a cabo dirigido por el profesor Carlos Martín Cantarino, del Instituto Multidisciplinar para el Estudio del Medio Ramón Margalef de la UA, y se desarrollará a lo largo de cinco años, aportando para ello la comunidad de riego 24.000 euros.
El convenio abordará el origen de la iniciativa de Torremiguel; las claves del reaprovechamiento agrario y ambiental de la aguas residuales, la capacidad de adaptación de esta cooperativa de regantes y su sistema de sostenibilidad en escenarios de incertidumbre, así como el respecto a cambios climáticos, ambientales y socioeconómicos. La comunidad gestiona 6,5 millones de metros cúbicos para regar cítricos y cuatro campos de golf que ocupan una extensión de 1.317 hectáreas en Torrevieja, San Miguel de Salinas, Orihuela y Algorfa. Para ello, los comuneros disponen de una red de conducciones de 50 kilómetros y una veintena de embalses.
La Comunidad de Torremiguel comenzó con doce comuneros que no habían logrado dotaciones del trasvase Tajo- Segura en los 80 para regar sus campos. En la actualidad rondan la treintena y todos tienen asegurado el riego de sus explotaciones con aguas gratuitas, cedidas por concesión de la Confederación Hidrográfica del Segura, a cambio de hacerse cargo del pago de los gastos generados por el mantenimiento de las estructuras necesarias para su transporte y distribución. Los gastos del metro cúbico del agua están en función de la distancia a la que es bombeada desde su embalse principal en Torrevieja.
Desde que comenzó a funcionar la EDAR de Torrevieja, en el año 1980, con un sistema de depuración primaria, estas instalaciones se han convertido en un referente por la calidad del tratamiento terciario que aplica a las aguas residuales, que una vez depuradas no despiden olores y son aptas para el riego y más económicas que las aportaciones del Tajo y las futuras que se generen por desalinización.
Fuente: diarioinformacion.com
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